El concepto de Gobierno Abierto se refiere a un enfoque teórico que plantea un modo de entender y atender los procesos propios de la acción de gobierno, a partir de los principios de transparencia, rendición de cuentas y la participación de las personas en los temas públicos.
Esta idea se vincula de modo directo con la imagen que tenemos de la transparencia como una caja de cristal; de hecho, la transparencia es requisito y condición sine qua non para la materialización de este concepto, construido originalmente como consecuencia de al menos tres fenómenos.
Primeramente, la globalización, cuyos factores inciden y condicionan de modo importante, las dinámicas y políticas nacionales, locales y regionales en los Estados. En segundo lugar, el reconocimiento que lo gubernamental no es el único ámbito legítimo y capaz para decidir, definir y atender las crecientes y complejas necesidades, demandas e intereses de las personas en tal contexto. Por lo que el gobierno, entonces, no es más un conjunto de autoridades públicas unidas por un proyecto único, sino que debe adoptar la forma de un espacio equitativo, abierto, incluyente, plural y promotor del diálogo social, para la producción de decisiones y de cursos de acción, que no puede estar monopolizado por un conjunto limitado de actores políticos o burocráticos. Y, en tercer lugar, la consecuente búsqueda de mecanismos político-administrativos alternativos a los tradicionales para resolver la conflictiva social y fortalecer al mismo tiempo, la legitimidad de los Estados; lo cual, implica una ampliación del concepto de democracia, más allá de las elecciones y de las estructuras políticas representativas.
A estos fenómenos, yo añadiría el advenimiento y desarrollo del espacio digital, con todas las posibilidades de avance democrático y universal que nos ofrece en materias como la educación, la ciencia, el entretenimiento y el mejoramiento cualitativo de las relaciones humanas en todos los niveles; pero, también, con las cuestiones que nos plantea, por ejemplo, por cuanto hace a las tensiones que nos ha hecho visibilizar entre la publicidad y la privacidad de las personas.
Las dos palabras clave detrás de la construcción sustancial de un verdadero gobierno abierto, responsivo y promotor neutral del ejercicio de las libertades y derechos de las personas para su desarrollo individual y el colectivo son así diálogo y transparencia.
Y es que la transparencia, como principio, valor y conjunto de prácticas institucionalizadas y democráticas, es una precondición lógica necesaria del diálogo descrito y que requieren las sociedades actuales, para que las personas puedan tomar las riendas de su destino a través de decisiones sustentadas en certezas accesibles, oportunas, completas y que, por tanto, les empoderen y les posibiliten el ejercicio de muchas otras libertades y derechos, y den pie a su libre desarrollo personal.
La vigencia, observancia y garantía del derecho humano de acceso a la información debe seguirse expandiendo conceptual y prácticamente a través de los principios de progresividad e interdependencia. Tal expansión y el arribo a la transparencia sustancial es lo único que nos puede portar a un gobierno abierto que, debidamente, incorpore en los procesos de ejercicio de poder político-administrativo a las personas, organizaciones de la sociedad civil, a la academia, la industria y a todos los actores sociales que puedan y decidan participar de los los procesos de planeación, ejecución y evaluación de las actividades gubernamentales.
Las personas somos parte de la solución de los problemas públicos y no un problema a resolver. Podemos, así que seamos todas y todos protagonistas.
Mtro. Julio César Bonilla Gutiérrez, Comisionado Ciudadano del INFO CDMX