A menos que ya, de alguna u otra forma hayan logrado empezar a construir puentes de comunicación con el inminente nuevo gobierno, confiando en que la buena imagen personal y posible capacidad de gestión del canciller Juan Ramón de la Fuente esté siendo un factor clave, Claudia Sheinbaum deberá estar preocupada por el triunfo de Donald Trump, quien tras su victoria electoral envió un mensaje a los gobiernos socialistas:

“El socialismo promete prosperidad, pero produce pobreza (…) el socialismo siempre dará lugar a la tiranía”, dijo el republicano.

Trump criticó en su mensaje que aunque el socialismo promete un futuro mejor, siempre vuelve a los capítulos más oscuros del pasado.

Afirmó además que estos gobiernos buscan manejar la atención sanitaria, las finanzas, el transporte, la energía y la educación.

“Quieren poder para decidir quién gana y quién pierde”, sostuvo.

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Trump ha expresado una postura crítica hacia los gobiernos socialistas, argumentando que sus políticas solo han profundizado la pobreza y la desigualdad y han exacerbado el gasto público. El mensaje lleva varios destinatarios y quizá el nuevo gobierno de México sea uno de ellos.

Ahora bien, aunque para algunos fue sorpresa, no para la gran mayoría de la gente que tuvo acceso a diversa información de la que estuvo fluyendo a partir de los sondeos de opinión de casas o empresas encuestadoras, o de captación de opinión pública en el vecino país del norte, los propios resultados de los eventos de campaña, las expresiones de liderazgos, sobre todo empresariales y de organizaciones sociales importantes, obviamente los líderes políticos en regiones y en grandes ciudades con un peso electoral muy importante. Y sobre todo porque en aquella nación hay mecanismos por medio de los cuales se realizan en forma anticipada votaciones y se puede ir conociendo tendencias, se veía venir la posibilidad del regreso del polémico Donald Trump a la Casa Blanca, un regreso que tiene temblando a no pocos países en el mundo y a otros alistando sus más potentes armas.

Sin menoscabo de que para otros analistas y opinadores siempre se mantuvo una ligera ventaja de la aspirante postulada por el partido demócrata Kamala Harris, y sin dejar de advertir que muchas casas encuestadoras planteaban un empate técnico, algunas marcando a Harris por un punto porcentual o un poco más y otras en sentido contrario., la victoria del magnate estadounidense ha sido contundente y como se dice popularmente, “se llevó carro completo” por lo que en su regreso triunfal a Washington tendrá más poder que nunca, tras obtener (hasta la información más reciente) 295 votos electorales, 25 más de los 270 necesarios; además que su partido, el republicano, dominará las dos cámaras del Congreso.

A pesar de que en las últimas semanas se veía con mayor posibilidad el triunfo de Trump y considerando que el sistema electoral de los Estados Unidos de América es diferente al nuestro, donde el aspirante que triunfa en una entidad se lleva los votos electorales, así llamados, es decir, los que emiten y que es lo formal, los delegados al Colegio Electoral y aún ganando por un voto o por muchos votos o al revés, el resultado de todos los delegados se va hacia quien lo haya logrado, el resultado se perfila abrumador.

Prácticamente ningún analista, opinador, editorialista, supuso contundentemente que la victoria de Trump pudiera ser con tanto margen, dado que superó la diferencia de votos electorales que obtuvo cuando venció a Hillary Clinton, en el 2016, habiendo obtenido Clinton más votos nominales. Y fue contundente porque desde el inicio de los conteos se vio la diferencia al ir acumulando estados y delegados. Y como el sistema en aquel país es más ágil en cuanto a su percepción, en cuanto a su resolución y asimilación, y la cultura también es otra, desde muy temprana hora se generó la sensación del triunfo de Trump y la propia candidata Harris anunció que no hablaría, para más tarde aceptar su derrota.

Lo que sí sorprendió, y esto hay que decirlo claramente, es que la victoria de Trump, que insisto, estaba en las posibilidades reales de consolidarse, porque tenía más tiempo en campaña, por los señalamientos y las actuaciones que hubo, incluyendo el atentado, que fue polémico, señalado como autoatentado y otras cosas más, y las propias críticas sobre su comportamiento, su mística, su polémica conducta y forma de pensar y expresarse, más que restar, le estaban otorgando un impulso propagandístico y pintándolo como un candidato más amigable con el conservadurismo, que es lo que está imperando en el país vecino, frente al impacto polémico de la cultura woke, que de alguna manera, aunque al final de la campaña la aminoró, fue parte de la esencia del mensaje de Harris, planteada como una política de corte liberal progresista, y que al final nos damos cuenta que es más el impulso del conservadurismo de derecha y ultraderecha.

Mucha gente no se explica el voto mayoritario para favorecer a Trump, y particularmente el voto latino que se estima representó el 40%. El ex embajador mexicano en Estados Unidos, Arturo Sarukhán, así interpretó lo que sucedió, en entrevista con Carlos Loret de Mola para Latinus.

“El presidente Reagan decía que los hispanos en realidad eran republicanos, pero que todavía no se daban cuenta de ello. En parte, lo que está ocurriendo es que cada vez más la comunidad hispana de este país (EU) ya no se alinea con una serie de valores que la anclaron al voto demócrata, una serie de luchas sociales, laborales, que, digamos, desde hace décadas habían anclado a la comunidad hispana en el partido demócrata. Y si ves esta elección, que además creo que al final del día vamos a regresar a uno de los fundamentales desde que arrancó la campaña, que es, esta elección se trata de la economía del país y las percepciones de la economía del país”.

Añadió, “La gran paradoja de que la mayor parte de los países en el mundo quisieran estar creciendo a los ritmos que están creciendo en Estados Unidos, pero al final del día no son los datos duros de la economía, es las percepciones que tiene el votante a la hora de ir a la casilla sobre la economía en ese momento. Y la realidad es que muchos hispanos sienten que no les ha ido bien, que la inflación les ha pegado en el bolsillo”.

Dijo que el tema también pasa por una serie de valores culturales y sociales, siendo que tienden a ser más conservadores. “Hay un segmento importante de la comunidad hispana que cada vez más se alinea con movimientos evangélicos, sobre todo pentecostales, y eso también habla de un realineamiento de valores culturales, religiosos, morales, que creo que también está impactando este proceso”, subrayó.

En su cuenta de X antes Twitter, escribió: “Es posible que muchos votantes -y votantes hispanos- en EEUU no logren captar lo que implica la promesa trumpiana de deportación masiva de inmigrantes indocumentados en EEUU para la sociedad, el bienestar y la prosperidad del país; o la peor lectura es que quizá muchos vaya que si entienden lo que implica y conlleva. Y lo peor es que el torrente constante de racismo, xenofobia, odio y mendacidad lo ha vuelto “normal” ante los ojos y oídos de muchos. Y el que un operativo de deportación masiva sea poco realista y muy oneroso en términos operativos y financieros no lo hace menos alarmante y peligroso”.

Analistas de BBC Mundo en México, advierten que quizás el país más afectado en el mundo por lo que ocurre en Estados Unidos sea el nuestro.

“Las razones son de toda índole: por la frontera de 3.000 kilómetros que comparten, porque es su mayor socio comercial, porque millones de familias tienen miembros en ambos países.

Pero si es el más afectado por razones estructurales, también lo es por razones coyunturales.

Donald Trump fue elegido el martes como nuevo presidente de Estados Unidos en parte gracias a su agenda agresiva hacia México, la cual incluye altos aranceles a las importaciones desde ese país y la deportación de mexicanos indocumentados que estén en territorio estadounidense.

Y no es que el informativo esté descubriendo el hilo negro, sino que el recién electo presidente de los Estados Unidos, amenazó con ello a México durante toda su campaña.

Las señales de alarma están encendidas; y será fundamental que Claudia Sheinbaum, quien aunque tarde, ya felicitó a Donald Trump, sea capaz de sostener el diálogo a la altura de las circunstancias con un personaje que, además de sus múltiples defectos, se le identifica como misógino.

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