“Ningún loco está loco si uno se conforma con sus razones.”

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

Sí, es un peligro para los Estados Unidos. Se dice, se avisa y ‘no pasa nada’. Después de todo, se tienen evidencias de sobra que sustentan esta afirmación. Igual como lo que se advertía de López Obrador y para nuestra desgracia se fue confirmando…

Pero con EU sería aún más recriminable de resultar victorioso Trump ya que, cuando López Obrador ganó las elecciones del 2018 “solo” se conocía su forma de gobernar a la Ciudad de los Palacios y su vida política de los pasados 20 años, pero los estadounidenses ya ni de chiste tienen ese justificante. Si les ocurre lo que a los mexicanos con López Obrador, sería doblemente fatídico. Y es que una cosa es no haberlo visto venir ¡y otra muy distinta es repetir el error reeligiendo al anaranjado personaje! Ver en el espejo de nuestra propia historia los desplantes, caprichos, enojos viscerales y la adoración que incondicionales le tienen a Trump, hace que el pronostico para Estados Unidos no sea de lo más optimista.

Con mayor razón hay que gritar: ¡Trump es un peligro para los Estados Unidos! Estadounidenses, ¡siento pena y temor por ustedes! Las señales que emite la amenaza trumpiana son de peligro. El señor es obtuso en sus juicios y razonamientos. U odia cualquier tipo de institución que le ponga freno a su poder omnímodo o se trata de una persona que se cree sus mentiras; un desquiciado mental, para decirlo pronto. No voy a entrar a detallar, además, que se trata de un violador sexual.

Tristemente —y ahí otra vez las similitudes con México— ello no implica necesariamente se le pueda poner un alto. Verán ustedes, el debate presidencial estadounidense del martes me dejó mal sabor de boca. Según diversas encuestas, no queda claro que Kamala Harris haya podido convencer a los indecisos. De los fanáticos de Trump mejor no hablamos... Poca diferencia hará que la mayor parte de las mentiras que inundaron el intercambio televisado las haya pronunciado Donald Trump…

Me temo que estas falsedades se quedarán en el plano de la hilaridad (por ejemplo, “los migrantes de Springfield, Ohio se comen las mascotas de las personas, especialmente gatos y perros” o cuando dijo que “los demócratas quieren realizar operaciones transgénero a extraterrestres ilegales que están en prisión”), pero no se tomará conciencia de ellas.

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Quizá la más grave: que Trump haya acusado a Harris y a Tim Walz (el compañero de fórmula de Kamala) de supuestamente haber apoyado se realicen abortos en el noveno mes de embarazo y se manden ejecutar a criaturas después de paridos. O otra que no causa risa y que debería tomarse en serio: su amenaza contra Taylor Swift por hacer público su apoyo a Kamala Harris. “Pagará por ello”.

¿A quién me recuerda? Amenazando a una mujer por externar sus opiniones, preferencias o apoyos políticos... Encima, más allá de las mentiras y la burla, Harris y los demócratas no deben olvidar que: Trump, igual que AMLO es líder de un movimiento. Aun cuando se haya montado sobre la estructura del Partido Republicano, la adoración de sus seguidores es hacia él. Cosa que Kamala no despierta, mismo teniendo a la cantante detrás para apoyarla.

Giros de la Perinola

- Otra “víctima”. El Kremlin solicitó a los candidatos presidenciales de Estados Unidos que no hablen de Putin ni del conflicto ruso-ucraniano. No cabe duda, a los autócratas los hacen con molde…

- Trump para variar dijo que había tenido un “gran debate” y que había ganado “a pesar de que los moderadores estaban coludidos contra él”.

- Más de 67 millones de estadounidenses vieron el debate, mayor número de quienes vieron el de Trump-Biden en junio. Pero este, más que dar propuestas sobre qué harán por Estados Unidos y su gente, se centró en Trump. Él lo gozó, no se dio cuenta pero eso ayudó a Kamala. En los temas de aborto, economía, migración y la guerra en Ucrania no tuvieron ni un solo punto en común.

- A Trump se le notó más en la defensiva. Mientras ella sonreía, él gruñía. Cierto, él habló más, pero ella dictaba la conversación y hacia dónde fue el debate.

- A Kamala le sirvió mucho haber sido fiscal en San Francisco: tiene habilidades para interrogar y rematar argumentos.

- Al inicio del debate, cuando Kamala le dio la mano a Trump, este le dijo “Have fun!” (¡Diviértete!). A él, sin embargo, no se se vio muy feliz.