Por Luis Escobar Ramos
Continuando con este tema, es importante destacar que dentro de todo ese proceso de globalización de la economía mundial, las telecomunicaciones no fueron ajenas a ello, claro está, después de haber pasado durante la década de los años 80´s. por las privatizaciones de todas las telefónicas estatales, que fueron transferidas a consorcios o grupos privados, que si bien es cierto tuvieron que invertir fuertes sumas para modernizar y digitalizar esas empresas, también lo es que en el transcurso del tiempo han obtenido grandes dividendos; de igual forma, surgieron las telecomunicaciones móviles que no sólo han tenido un crecimiento exponencial, sino han traído consigo una multiplicidad y diversidad de servicios que han dado la pauta para generar lo que hoy se conoce como nuevo ecosistema digital.
La combinación del factor inversión, la consecución de las tareas de modernización y digitalización y los avances tecnológicos han sido impulsores y coadyuvantes para el dinamismo y fortaleza del comercio internacional que en el nuevo escenario mundial hizo necesario que los gobiernos y las empresas migraran hacia una visión integradora para poder competir y mantenerse vigentes, de tal forma que se entró en una dinámica de gran flujo transnacional de inversiones que demandó reconfiguraciones, fusiones y nuevos procesos de trabajo.
En esa tesitura, las administraciones de las empresas optaron por un fenómeno que se conoce como OFFSHORE, es decir, buscaron disminuir costos e incrementar márgenes de ganancias y para ello esta fórmula consiste en trasladar algunas de sus actividades productivas o de provisión de servicios a países emergentes en donde los gobiernos en su afán de aumentar ingresos y captar inversiones para la creación de empleos han permitido el abaratamiento de su mano de obra, dejando en franca desventaja a su fuerza laboral, que se ve obligada a aceptar esos empleos, debido a que no tienen muchas opciones.
No conformes con ello, continuaron la embestida hacia los países emergentes y su población trabajadora para aumentar aún más sus márgenes de utilidad a través de otra figura denominada OFFSHORE OUTSOURCING que promueve la tercerización de las actividades, funciones o servicios no estratégicos de algunas empresas (trabajadores no contratados de manera directa por la empresa principal); que para el caso que nos ocupa, es el servicio de atención de clientes por medio de Centros de Llamadas o Centros de Contacto ubicados en otro país (conocido en este ámbito como Proceso de Negocios de Outsourcing o BPO, por sus siglas en inglés), logrando con esto sus objetivos de abaratar costos de mano de obra con la consabida precarización del empleo.
En el análisis y desarrollo de este tema es estrictamente necesario, técnicamente hablando, hacer alusión continuamente al fundamento de estos esquemas de trabajo y que son las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) y las telecomunicaciones, que han jugado un rol fundamental a través de la modernización de redes y su convergencia impulsando y facilitando a las empresas del ramo el establecimiento de Centros de Llamadas o de Contacto deslocalizados en cualquier lugar del mundo, exportando estas actividades al comercio transfronterizo, sólo que de manera indirecta, utilizando como vehículo la figura de filiales.
Continuaré abordando sobre este particular en las siguientes entregas semanales……..
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