Por Luis Escobar Ramos
Así también, a manera de conclusión aportaré y propondré algunas alternativas para enfrentar el momento que estamos viviendo, esperando sobre todo, que este tema, que he tocado desde hace ya varias semanas, sea de utilidad para el presente y futuro de los trabajadores y la sociedad en su conjunto.
En América Latina se abrió el debate tecnológico y del futuro del trabajo y quien lo provocó e hizo, en muy buena medida, fue Gustavo Beliz, quien destaca los riesgos que surgen de ello, al generarse un CALENTAMIENTO GLOBAL TECNOLÓGICO sobre la humanidad, ocasionado por el excesivo uso de la tecnología, lo que hace necesario repensar y reinventar el concepto de “trabajo” ya que esto es estratégico para el futuro.
Beliz menciona que es paradójico hablar de calentamiento global tecnológico cuando en América Latina sólo el 27% de la población tiene acceso a redes 4G, comparado con el 77% de las poblaciones de países occidentales, no obstante, que de acuerdo con un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) el aumento del 10% en la penetración de servicios de banda ancha en la región está asociado con un incremento promedio del 3.2% del PIB y un aumento de la productividad del 2.6%. Afirma que es urgente dotar de conectividad, de una infraestructura verde y energía sostenible al sector público, ya que, “todo esto puede ser fuente de nuevos empleos”.
En un discurso en el Vaticano hace algún tiempo, Beliz hizo alusión en varias ocasiones a la Encíclica Laudato, sí sobre el cuidado de la casa común del Papa Francisco que en su contenido alude a que “la libertad humana es capaz de limitar la técnica, orientarla al servicio de otro tipo de progreso más sano, más humano, más social, más integral”.
Abundó en que son necesarias nuevas métricas para medir el impacto de la Cuarta Revolución Industrial en el futuro del trabajo, así como una equidad 4.0 y una nueva educación digital “para que haya una tecnología con alma y al servicio del bien común”.
De igual forma manifiesta que, los robots son nuestros competidores y tenemos que ser lo suficientemente inteligentes para competir con ellos en las áreas en las que no son capaces como las habilidades blandas, con un modelo estratégico para hacer frente a los cambios que puede producir la revolución tecnológica de la robótica y la inteligencia artificial.
Latinoamérica es una región en la que coexisten los avances tecnológicos con la pobreza y hambre de la región, como ejemplo palpable se puede mencionar que la mitad de los latinoamericanos cuenta con un smartphone y de ese 50%, al 31% no les alcanzan sus ingresos para vivir y un 16% de ese tercio pasa hambre, de tal forma que tenemos POBREZA ANALÓGICA Y RIQUEZA DIGITAL.
Otro tema complejo lo constituye el abuso y mal uso de la tecnología, mismo que puede derivar en un problema de salud pública, afectando la cohesión social, calidad democrática y productividad laboral. Lo anterior requiere desde la óptica de Beliz de un NUEVO CONTRATO SOCIAL TECNOLÓGICO, que tenga como ejes: La Geopolítica de los Robots, la Tecno gobernanza y la Cognificación, debido a que a la fecha existe un nivel muy alto de desconfianza entre los latinoamericanos respecto a estos cambios exponenciales, un ejemplo de ello es que 4 de cada 5 creen y ven como una creciente amenaza a las nuevas tecnologías.
Es indispensable redefinir el Contrato Social en un mundo digital que debe incluir nuestros datos y la necesidad de que los algoritmos sean un derecho universal, ya que esa propiedad debe tener una función social, en otras palabras es DARLE UN ALMA A LA TECNOLOGÍA.
En el plano laboral y como diagnóstico, se dice que en los próximos años habrá 1,200,000 oportunidades de trabajo relacionadas con programación; que el 70% de la oferta total de trabajo se encontrará en disciplinas vinculadas con la ciencia y la tecnología, en este nuevo entorno digital-laboral deberán jugar un papel fundamental las organizaciones sindicales, que se deberán ajustar y adecuar en las estrategias de defensa y lucha por medio de una idea que incida en: regulación laboral, proceso de implementación, organización sindical, brecha laboral de género, impacto de nuevas tecnologías, capacitación y recapacitación y formación profesional.
De tal forma que, podemos concluir que es un buen momento para reinventar el concepto de trabajo, a través de nuevas formas focalizadas en habilidades blandas, como son: la empatía, el trabajo en equipo, la inteligencia emocional, la asertividad y la agilidad, entre otras; asimismo con el pensamiento crítico y la creatividad; de igual forma, deberemos evitar la esclavitud digital, a través de un llamado a los jóvenes para abordar el ambiente digital reconociendo sus avances a favor de la humanidad pero también teniendo presente sus defectos y sus posibles consecuencias que aún son materia pendiente.
Para cerrar este tema, lo haré con dos citas de Gustavo Beliz sobre el particular:
“Si el conocimiento puede crear problemas, no es a través de la ignorancia el camino para resolverlos, si no que sera por medio de la creatividad ”
Gustavo Beliz
“No hay tiempo que perder. La velocidad es de tal magnitud, que profesiones y oficios útiles, de repente parecen prehistóricos. Nuestro deber es estar preparados y crear las condiciones para conducir el cambio tecnológico hacia estados más inteligentes y economías más sólidas e inclusivas que creen trabajos sustentables. Porque con cada empleo que se pierde una persona queda herida de su dignidad y ninguna tarea cobra más sentido que remediarlo”
Gustavo Beliz
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