Quién sabe que harán ahora Felipe Calderón y toda la runfla de corifeos de la extrema derecha mexicana quienes por espacio de más de una década mantuvieron un férreo control de Twitter México.

Por supuesto, lamento que personas que nada tenían que ver en el sesgo ideológico fascistoide de la versión mexicana de esta red social pierdan sus empleos. La realidad es que los encargados del área ideológica de Twitter estaban abiertamente a favor de la derecha o, cómo señaló la nota de SDPnoticias al respecto, eran ex funcionarios panistas.

Twitter México siempre se manejó cómo un club de Toby en donde solamente los voceros, trolls, “influencers” y periodistas del PRIAN, pero principalmente los del PAN, eran favorecidos con verificaciones y con un amplio margen para insultar y amenazar usuarios “chairos” o “poco famosos” con impunidad.

Sin embargo, esta situación no se puede sostener. En estos momentos, Twitter es tierra sin ley. Alguien debe hacerse cargo de la seguridad y evitar acosos masivos, mensajes de odio y todo tipo de agresiones en la red. La necesidad del oligarca Elon Musk de “ahorrar” en la medida de lo posible para poder pagar el fuerte préstamo que recibió por parte de fondos saudíes no puede anteponerse a la seguridad de sus usuarios.

Lo único que hay que festejar es que Felipe Calderón se quedó sin el único apoyo, pagado, inexistente y artificial, con el que contaba en el planeta: el de Twitter México. Ahora, el espurio genocida volverá a ser ninguneado e ignorado, cómo fue el caso en su última y ridícula visita a España a despotricar contra la izquierda y el “populismo”, en donde los personajes fascistoides de Vox ni siquiera se sabían bien el nombre del “chaparrito peloncito de lentes”, cómo también se le conoce.