Parag Agrawal, nuevo CEO de Twitter, endurecerá varias reglas de la red social que ahora estará a su cargo.
Especial atención ha levantado en el propio Twitter y otros medios, un apartado en donde se señala que el sitio no permitirá que se compartan imágenes o videos de individuos sin su consentimiento.
También, de manera específica, se señala que se prohibirá la difusión de datos privados cómo nombres o domicilio de personas, un acto denominado “doxxeo”, lo cual me parece muy bueno.
Aquí el problema es que mientras que Facebook cuenta con miles y miles de empleados que moderan contenido, Twitter hasta hace muy poco fue una especie de “viejo oeste”, en donde todo, o casi todo, se valía.
Desde la suspensión del presidente Donald Trump a inicios de año, las cosas han cambiado y la suspensión de usuarios en la red se ha incrementado, siendo afectados de manera desproporcionada tuiteros o comunicadores de países considerados “incómodos” para los Estados Unidos, como Rusia, Irán o Nicaragua.
Presuntamente, Twitter hará excepciones en estas nuevas reglas en caso de que se trate material de contenido noticioso. Sin embargo, podemos esperar que únicamente se consideren medios “válidos” los originarios de Estados Unidos, países aliados, o de cierta ideología (neoliberal y capitalista).
Volviendo al tema de los moderadores, si estos no se contratan por miles, probablemente se usen métodos automatizados, lo cual nos podría adelantar una “purga” masiva de usuarios (y posterior migración a otros servicios).
Aún es demasiado temprano para saber que pasará con Twitter en el futuro, pero si las nuevas reglas se aplican de forma retroactiva, más del 90% de las cuentas actuales, cualquiera que haya publicado alguna imagen o meme con un personaje público, podría ser suspendido. ¿Se convertirá Twitter en un infierno de censura?