Ahora que lo hasta hace relativamente poco era impensable y Donald Trump vuelve a ser el presidente de EU, hay que hablar de lo que uno de sus principales aliados, Elon Musk, ha hecho con la red social Twitter.

Lejos de “mejorarla” y “acabar con los bots”, el muladar ahora propiedad de Musk está lleno de toda clase de estafas de criptomonedas, inversiones piramidales y spam de páginas para adultos, por mencionar algunas de las cosas que ahora abundan ahí y que en la previa administración estaban un poco más controladas.

Peor aún, ahora difícilmente se suspenden usuarios que emiten amenazas, acosos o mensajes de odio. Nada más hay que ver la clase de cosas que algunos sionistas escriben contra los palestinos, por poner un solo ejemplo.

Además, la red se ha vuelto un santuario para neonazis y otra clase de extremistas y en algunas ocasiones el multimillonario y hombre más rico del mundo responde mensajes de estos individuos, dándoles enorme amplificación a sus ideas aberrantes.

Ahora, con la llegada de Trump al poder, “X” será punta de lanza en la estrategia comunicacional de un mandatario que lleva ya más de una década en abierta pelea con los medios tradicionales. Aunque Twitter/X nunca mejoró con Musk, seguirá siendo una gran herramienta para él y el proyecto de ultraderecha que representa.