Uber nunca pierde. Hay quienes aplauden a plataformas como esta por ser un ejemplo del dinamismo del capitalismo de libre mercado. En un principio el uso de la aplicación significó precios más bajos, sin intervención de gobierno alguno e hizo crecer rápidamente a la empresa. Sus ‘socios conductores’ ganaban bien, por lo que aguantaban extenuantes jornadas laborales sin prestaciones de ley para pagar, por lo menos, gasolina o el mantenimiento de su auto.
Si esto no fuera suficiente, soportan constantes enfrentamientos con taxistas en diferentes estados. La justificación para seguir en este esquema es la flexibilidad en sus horarios y, por supuesto, la falta de empleos. Los usuarios también disfrutan del servicio hasta que la demanda de este aumenta y es cuando se encarece por su tarifa dinámica. Sin embargo, no podemos obviar que este modelo de negocio tiene un defecto: la contaminación ambiental por gases de efecto invernadero.
Contaminación
Según el estudio “Los riesgos climáticos de los viajes compartidos: Dirigir una industria en crecimiento hacia un futuro de transporte limpio”, escrito por un grupo de investigadores en 2020 para la Union of Concerned Scientists, los viajes compartidos de Uber y Lyft generan aproximadamente un 69% más de contaminación climática en promedio.
En Europa la electrificación surgió como forma de aminorar su huella de carbono, en territorio nacional Uber con VEMO inicio el programa piloto que permitiría la llegada de 250 autos eléctricos dentro de su flota para 2022 en la Ciudad de México, sin embargo, lo cierto es que parece un esfuerzo muy pequeño al estar en 72 ciudades. Hasta 2021 entre sus socios repartidores y conductores eran 200 mil. JD Power sustenta que en México los autos eléctricos e híbridos son el 6.4% del mercado automotriz.
Uber Planet
En 2022 nace Uber Planet, estrategia con la que Uber pretende convertirse en una plataforma de cero emisiones a nivel global ante la lenta reconversión de los chóferes que trabajan en la app.
Para 2040 pretenden llegar a ser ‘neutrales de carbono’ agregando a tu pago 0.37 centavos para apoyar proyectos sustentables. Así es, usuarios pagaremos para que Uber disminuya su huella de carbono.
¿Cómo logrará esto? A través de un mecanismo financiero del que hablé en mi columna pasada que son los créditos de carbono para justificar la contaminación ambiental. Sí, utilizar estos bonos temáticos para expiar sus culpas.
¿Especular con manglares?
Uber Planet anunció que inyectará dinero en el proyecto MAGDALENA BAY BLUE CARBON de la Fundación MarVivo, filial de MarVivo Corporation y ligada a Carbon Streaming Corp. Su meta es sembrar 5 mil semillas de manglares e iniciar un programa de educación ambiental para 25 estudiantes.
Como señalé anteriormente, Carbon Streaming Corp emitirá bonos de carbono azul por 2 mil hectáreas de manglares y 137 mil hectáreas de ecosistemas marinos en las costas del municipio de Comondú, en Baja California Sur. Un claro ejemplo de la financiarización de la conservación: soluciones de mercado para la crisis climática.
Una de las dudas que más emergen de estos mecanismos es la certificación. Son pocos los casos en México sobre este esquema porque las certificadores de carbono azul toman en cuenta la posesión legal sobre los manglares, una traba que no ha permitido desarrollar dicha estrategia financiera, con la que pretenden mitigar el CO2 mientras se sigue contaminando.
Petrolera y Coatitla
En el ejido CoatitIa, en Veracruz, al tener propiedad comunal sobre un bosque decidió entrar al mercado de emisiones de la mano de Britsh Petroleoum (BP), el Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) y Pro Natura. Después de dos años recibieron un pago de 40 dólares por cada uno de los 133 integrantes del núcleo ejidal, en vez de recibir 44 mil dólares.
La información la reveló Bloomberg Busineessweek explicando que ya no existen los contratos con precio fijo, siendo los mercados fluctuantes, la compañía desembolsó mucho menos por cada bono de carbono. El mercado fue benevolente con la petrolera y 12 localidades de México fueron afectadas con un precio 15% menor a los estimado.
¿Será que realmente se logre la tan anhelada mitigación a la contaminación o solo es otro caso de bluewashing o lavado de conciencia para Uber? ¿Qué tan transparentes son estos mecanismos? ¿Cuánto dinero quedará en la comunidad?
Twitter: @Cachobanzi