Claudia Sheinbaum y su equipo han destacado por realizar declaraciones llenas de optimismo respecto a temas cruciales como la inversión, el empleo formal y la seguridad pública. Bajo su gestión, la narrativa del progreso, sustentada en políticas públicas de corte social, ha dominado los titulares. Sin embargo, al analizar los resultados concretos de estas promesas, surge una disonancia significativa entre las intenciones anunciadas y la realidad que enfrentan millones de ciudadanos.

En materia de inversión, Sheinbaum ha reiterado su compromiso con el desarrollo económico de México y su potencial como polo de atracción para empresas nacionales e internacionales. Según su discurso, se han generado incentivos fiscales y proyectos de infraestructura destinados a fortalecer la competitividad del país.

Sin embargo, los datos muestran un panorama menos alentador. El crecimiento económico en el país ha sido menos que discreto, afectado por la falta de certeza jurídica, burocracia excesiva y la percepción de inseguridad, factores que han inhibido la llegada de nuevas inversiones. Además, la apuesta por sectores estratégicos como el turismo y la tecnología no ha tenido el impacto esperado, en gran parte porque las condiciones estructurales necesarias para potenciar su desarrollo no se han materializado.

En cuanto al empleo formal, la administración de Sheinbaum ha destacado la implementación de programas sociales enfocados en el combate al desempleo y la informalidad. Entre ellos, destacan subsidios y becas para jóvenes y mujeres, además de iniciativas para fomentar la capacitación laboral. Sin embargo, el empleo informal continúa siendo una característica predominante de las economías capitalinas, afectando a más del 56% de la población economicamente activa. Aunque se han creado empleos formales, estos no han sido suficientes para absorber a la creciente población, ni para mejorar las condiciones laborales de aquellos que ya participan en el mercado laboral. Las cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reflejan que, si bien hay avances, estos no corresponden a un cambio estructural sostenido, sino a medidas paliativas que no atacan la raíz del problema.

El aspecto más crítico es el de la seguridad pública, donde las promesas de reducir la delincuencia mediante estrategias integrales han sido constantes. La administración de Sheinbaum ha apostado por un enfoque preventivo, incrementando la presencia policial y promoviendo programas sociales como una forma de abordar las causas estructurales de la violencia. Sin embargo, la realidad pinta un panorama diferente: la percepción de inseguridad en México sigue siendo alta, y aunque algunos delitos han disminuido, otros como los homicidios y los robos en transporte público continúan generando preocupación. Los habitantes del país perciben que la estrategia de seguridad se ha centrado más en maquillar cifras que en resolver de fondo los problemas de violencia y criminalidad. La prueba de ello fue en está semana en Sinaloa, que ya generó bajas en el equipo de García Harfuch y del gobierno estatal.

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Una de las críticas más recurrentes a la administración de Sheinbaum es su dependencia del asistencialismo como eje central de sus políticas públicas. Si bien los programas sociales son herramientas fundamentales para combatir la desigualdad, su implementación en la Ciudad de México ha sido cuestionada por su falta de transparencia, eficacia y sostenibilidad. Las transferencias económicas directas, que forman parte central de su estrategia, han sido acusadas de ser medidas cortoplacistas que no promueven la autosuficiencia de los beneficiarios ni impulsan el desarrollo económico. Este enfoque prioriza mantener una base electoral leal sobre generar las condiciones necesarias para un crecimiento sostenido e inclusivo.

Ya para ello anda activo el todologo agrónomo petrolero y ahora experto constructor de viviendas Octavio Romero Oropeza descubriendo corrupción primero en Pemex y ahora en Infonavit. O bien distractores con los animosos Monreal y Adán Augusto López. Con ello se puede pensar que los temas de migración y aranceles con Trump o los resultados de seguridad o de los recursos que seguirán absorbiendo las obras emblemáticas, que pasan a segundo plano.

La gestión de Sheinbaum se inscribe dentro de un modelo de gobierno que privilegia las políticas sociales como principal respuesta a los retos de inversión, empleo y seguridad. Si bien estas políticas son necesarias en una sociedad con altos niveles de desigualdad, el excesivo peso del asistencialismo revela una carencia de estrategias estructurales que impulsen el desarrollo económico y la transformación social.

La distancia entre las promesas de Sheinbaum y los resultados reales pone en evidencia los límites de un modelo que apuesta más por las buenas intenciones que por los cambios estructurales necesarios. Mientras no se aborden de raíz los problemas de inseguridad, falta de inversión y precariedad laboral, México seguirá enfrentando desafíos que van más allá de los discursos optimistas. Para lograr un cambio real, será necesario superar la dependencia del asistencialismo y apostar por políticas públicas que promuevan el crecimiento económico, la generación de empleos formales y la seguridad integral, colocando a los ciudadanos como el centro del desarrollo.

México necesita crecer al 4% y no al 1% del PIB promedio anual. México necesita generar 1.2 millones de empleos anuales nuevos netos y no 300 mil. México necesita reducir progresivamente la informalidad de 56%de la población económicamente activa 2.5% cada año los siguientes 10 años. Si hacer trenes de pasajeros, promover 1 millón de viviendas sociales, continuar gastando en las obras emblemáticas, generar más decretos de carácter económico y de protección como pasó con el maíz transgénico y tener un alto enfoque recaudatorio a los formales, serán la estrategia y acciones a implementar en esta administración en materia económica, sin duda hay que desearle mucha suerte a México.

Son los últimos días de diciembre y para algunos hay optimismo, para otros expectativas y reflexiones sobre cómo mejorar en lo personal, familiar y social. No hay duda que México nos ofrece situaciones relevantes tanto en retos como oportunidades. En esta ocasión, en esta semana y en esta Navidad que haya dentro de las posibilidades de cada familia buenos momentos de convivencia y los mejores deseos para todos.

X: @MarioSanFisan | CEO FISAN SOFOM ENR

Banquero a nivel Directivo con más de 30 años de experiencia de negocios. Ex presidente nacional AMFE corporativo@fisan.com.mx