Y es que ya parece que le pesan estas semanas de ser presidenta a Claudia Sheinbaum. Siendo inteligente como creo que lo es, verá que nunca tuvo sentido lo que el hombre al que tanto quiere y admira dijo al inicio de su sexenio: “No tiene mayor ciencia gobernar”.

Apenas lleva nuestra presidenta poco menos que un mes y ya tiene que desgastarse con unas mañaneras que no le vienen bien.

No son iguales a las del expresidente López Obrador que era, hay que reconocerlo, era o es  un gran orador y un gran comunicador.

Por cierto, ¿dónde anda el expresidente AMLO? Nadie sabe. O sus muy muy allegados sí. Pero se dice que no está en su rancho, tampoco en su humilde vivienda en Tlalpan, CDMX. Entonces, no me queda más que imaginármelo rondando los pasillos de Palacio Nacional, negándose a desalojarlo.

Pero lo que sí es real  es que hay una  apenada Claudia Sheinbaum diciendo que todavía no puede ocupar Palacio Nacional, que todavía no se muda.

Las columnas más leídas de hoy

Qué difícil debe de ser para nuestra presidenta acatar sus órdenes e intentar gobernar por ella misma.

Pero veo, o sintonizo, la mañanera de Claudia Sheinbaum y la miro a ella como si llevara años en el gobierno. Es tal la presión que debe de estar sobre ella que las mañaneras se sienten añejas y antiguas.

Creo que nuestra presidenta necesita que su cuartel del área de comunicación plantee estrategias nuevas y refrescantes para que justamente la veamos así: siendo presidenta.

Yo diría, pero nadie pidió mi opinión, que la mañaneras no fueran diarias.

El expresidente López Obrador debe de saber y conocer lo desgastante que es una mañanera, pero a él le apasionaba hacerlas. Todo lo que tenía que ver con luces, cámaras, periodistas paleros y gente junto a él le llenaba de pasión por eso es que él no pocas veces se aventó las de dos horas y media de conferencia.

Pero Claudia Sheinbaum no está lista para aguantar ese ritmo. Es decir pongo como ejemplo: así como hay escuelas en donde un alumno se puede sentir cómodo y feliz, hay alumnos que no encajan en dichas escuelas por su personalidad o por la exigencia académica o no de dichas escuelas.

Las mañaneras están hechas para Andrés Manuel López Obrador y para nadie más. Y estas mismas mañaneras no le apasionan a Claudia Sheinbaum, eso creo y eso siento

Y tan exitosas fueron y tan surtieron efecto las mañaneras obradoristas que a veces en mi mente veo a Andrés Manuel López Obrador hasta en mi sopa y escucho su voz por donde vaya, como si fuera un fantasma recurrente.

Es que no es para menos, 6 años de oírle y de verle pues claro que dejó un impacto en las personas, sobre todo que él no quería que nadie lo olvidara y creo que le funcionó.

Yo nada más escribo para desahogarme y también porque me preocupa que Claudia Sheinbaum cada día se desgaste más.

Lo he dicho y escrito aquí ya varias veces: Quiero que le vaya bien a la presidenta. No quiero que le vaya mal. No me alegraría que le vaya mal.

Pero si su gente no la cuida como debería, veremos a una presidenta minada porque tampoco está acostumbrada a enfrentar preguntas de la prensa a la que ella llamaría neoliberal pero que deben de existir en las mañaneras y merecen un micrófono también para ellos.

Faltan 6 años y siento que ya pasaron siete.

Es cuanto.