Fuerte castigo a Morena con la representación proporcional

Cito un artículo de El Universal de Ernestina Godoy, consejera jurídica de Claudia Sheinbaum: El poder judicial que surja de la iniciativa de reforma de AMLO debe “impartir justicia pronta y expedita a la ciudadanía y no, como equivocadamente ahora se dice, ser un contrapeso político a los otros poderes; el texto constitucional nunca habla de un poder judicial que sirva de contrapeso al ejecutivo o al legislativo”.

Es un hecho: las leyes mexicanas dicen muchas cosas que nadie toma en cuenta —todo el mundo pretende interpretarlas— y no dicen otras que se consideran irrefutables verdades constitucionales.

En el caso de la sobrerrepresentación la ley es clarísima. Los partidos políticos tendrán derecho a las diputaciones de representación proporcional si cumplen con dos requisitos: (i) llegar como mínimo al 3% de la votación en cada circunscripción y (ii) haber postulado al menos 200 candidatos de mayoría relativa.

Evidentemente, ninguno de los seis partidos que participaron en coaliciones en el proceso electoral de 2024 cumple con el segundo requisito.

Las columnas más leídas de hoy

Como solo hubo 300 diputaciones en disputa, era imposible que en su coalición Morena postulara 200 candidatos y candidatas, el PT 200, y el Verde 200. Imposible también que en su alianza el PAN presentara 200 candidaturas, el PRI 200, y el PRD 200.

Si se respetara la ley solo un partido político, Movimiento Ciudadano, tendría derecho a las diputaciones de representación proporcional. ¿Cuál es la salida al enredo legal? Hay tres opciones:

  • 1. La primera, que me parece es lo que se ha hecho, olímpicamente ignorar que muchos partidos no cumplen con el requisito y, de plano en la ilegalidad, asignarles la representación proporcional.
  • 2. La segunda, presumir que en el convenio de coalición hay una revolución científica merecedora de la Medalla Fields —el Nobel de las matemáticas—. Un descubrimiento maravilloso que modifica totalmente el fundamento de la aritmética elemental, por lo que, entonces, según la nueva lógica de los números 300 candidaturas son en realidad 600, y a partir de ahí darle 200 a cada partido de las dos coaliciones.
  • 3. La tercera salida, la más justa, sería aplicar estrictamente lo expresado en la legislación y, de plano, no asignar diputaciones de representación proporcional a ninguno de seis partidos. Ventaja: no pagar los salarios a casi 200 parásitos, alias legisladores.

Si en el tribunal electoral hay seriedad, no habrá interpretación metafísica de las leyes para justificar que seis partidos sí cumplieron con lo que no cumplieron. Así, solo procedería darle a MC sus diputaciones de representación proporcional.

En un escenario de estricta legalidad, Morena y aliados tendrían 256 diputados y diputadas de mayoría relativa—el 85%— y la oposición 44. Así votó la gente en 300 elecciones distritales distintas.

Si a MC se le reconociera el 10% de las diputaciones de representación proporcional y a los otros partidos nada, la nueva cámara quedaría integrada por 320 personas. Morena y aliados tendrían el 80% de las curules.

Alguien dirá que la Cámara de Diputados y Diputadas no puede operar con menos integrantes de los que establece la ley. Es falso como lo demuestra el caso del tribunal electoral que incompleto funciona muy bien.

Pero digamos que no hay ganas de ahorrar y que las 200 diputaciones de representación proporcional sí se van a asignar a todos los partidos políticos. En la Constitución hay una regla clarísima: que se asignen partido por partido, no por coaliciones. Pero, otra vez, sobran personas —enemigas de la 4T— que interpretan lo que no es interpretable porque no se presta a confusión e insisten en que tales diputaciones se asignen por coaliciones, no por partidos.

El argumento para exigir que la representación proporcional se asigne por coaliciones lo ha publicado numerosas veces Héctor Aguilar Camín en Milenio y lo repiten como pericos colegas suyos y la oposición: Con 54% de los votos recibidos como coalición Morena pueda tener 74% de los asientos en la cámara, mientras la oposición con 46% de los votos recibidos sólo tendrá 26% de los asientos.

Tal argumento es muy malo, ya que Aguilar Camín compara votos con curules. Mejor comparación sería curules contra curules. ¿A qué me refiero? Enseguida mi explicación.

Curules contra curules

No hubo una sola elección nacional de diputados y diputadas, sino 300 distritales. Parto de un ejemplo para hacer entendible mi argumento. Pudo darse el caso de que alguien quería votar por la lista de representación proporcional del PAN, pero que en su distrito le cayera muy mal el candidato de la coalición PRI, PAN, PRD. Si no votaba por el candidato que le parecía detestable, no apoyaba la lista que le agradaba, y viceversa. ¿Se comprende ya lo que quiero decir?

Lo cierto es que Morena y sus aliados ganaron el 85% de las curules de mayoría relativa, pero con la representación proporcional bajará a 74% su porcentaje de integrantes de la Cámara de Diputados y Diputadas.

Es decir, la asignación de diputaciones de representación proporcional le quita peso a Morena y aliados en la cámara. Esta comparación —curules de mayoría contra curules totales— es más adecuada que la de Aguilar Camín: la suma de votos en 300 elecciones distintas contra el total de diputaciones.

No hay duda, pues: se castiga a Morena y aliados, ya que con 85% de victorias tendrán 74% de curules.

“A hombros de gigantes”

Cité hoy en el noticiero de Sergio Sarmiento y Guadalupe Juárez en el Heraldo Radio al pensador alemán Spengler: “La acción hecha entre muchos se llama empresa”. Que conste, empresa no como organización mercantil, o no solo, sino en la primera definición de la RAE: “La acción o tarea que entraña dificultad y cuya ejecución requiere decisión y esfuerzo”.

La cuarta transformación ha sido una dificilísima aventura colectiva que ha requerido la decisión y el esfuerzo de mucha gente. Ha tenido un líder, Andrés Manuel López Obrador, y a partir del próximo mes de octubre Claudia Sheinbaum encabezará el proyecto político de izquierda en México. Pero al lado de Andrés y Claudia han participado, durante más de dos décadas, hombres y mujeres a quienes ha caracterizado el compromiso con la democracia.

Los elevadísimos números a favor que en todas las encuestas tienen el presidente López Obrador y la presidenta electa Sheinbaum, como en el tracking ClaudiaMetrics, no podrían explicarse sin la participación de un gran número de héroes y heroínas, en muchísimos casos personas discretas, inclusive anónimas.

ClaudiaMetrics

Andrés Manuel y Claudia han llegado tan lejos porque, como Isaac Newton, se subieron a hombros de gigantes. No es una frase original del científico inglés, pero viene al caso para entender el valor del equipo.

Ayer, en el diario La Jornada, uno de los héroes más reservados y más valiosos de la 4T, José Agustín Ortiz Pinchetti, escribió sobre su “larga lucha por la democracia”. Lo hizo para agradecer el doctorado honoris causa que le dio la Benemérita Universidad de Oaxaca. Mereció el reconocimiento por su entrega a la defensa de los valores democráticos, que empezó en 1968 cuando estuvo con Carlos Madrazo en aquella lucha fallida por cambiar al PRI.

Ortiz Pinchetti, no lo olvidemos, desempeñó un rol de la mayor importancia en el esfuerzo por evitar el fraude electoral de 1986 en Chihuahua, lo que no se logró. En 1994 fue parte del primer y mejor consejo general del Instituto Federal Electoral.

Después decidió apoyar a AMLO. Pocas personas hicieron más que Ortiz Pinchetti en la construcción de Morena. Es el actual titular de la fiscalía de delitos electorales y, a sus 87 años, está al final de su carrera.

La edad es el único motivo que le impediría llegar al gabinete de la presidenta Sheinbaum. Pero si hay alguien a quien Claudia deberá homenajear es a Ortiz Pinchetti, un liberal admirable.

Sin el trabajo de muchas personas como Ortiz Pinchetti no tendría Claudia el récord de la mayor votación en una contienda presidencial ni sería elevadísima su aprobación en encuestas como el tracking ClaudiaMetrics.