En la primera parte del presente ensayo que publiqué en este portal SDP Noticias el 4 de julio de 2022 ya había hecho hincapié en lo importante que es que las personas encargadas de difundir y transmitir las noticias todos los días no hagan juicios sobre ellas, pueden criticar, comentar y dar su punto de vista, pero nunca juzgar, y menos con elementos aislados como generalmente se obtienen las noticias en la actualidad.

Igual que es del conocimiento histórico que nadie ocupará la silla de Sigmund Freud por las aportaciones que hizo a la psicoterapia, en México nadie ocupará la silla de Jacobo Zabludovsky, quién es, ha sido, y será, un icono en lo que se refiere a los comentarios que hacía sobre las noticias diarias, desde su épico noticiero “24 horas” en Televisa, hasta su programa de radio de una a tres, que era el más escuchado en México según él y según las estadísticas.

Las personas encargadas de transmitir las noticias en la actualidad, tanto en la televisión, en la radio, y ahora también en las redes sociales, deberían tener a Zabludovsky como ejemplo a seguir, por haber sido un personaje que con su intelectualidad le daba un tinte muy personal a cada noticia que él transmitía, sin juzgar su contenido.

Estas personas que dan las noticias que hoy vemos en televisión, o las que escuchamos en la radio, o las que publican en internet, le están dando mucho énfasis a los baches de las calles de la Ciudad de México y de otras áreas urbanas, a los muy desafortunados accidentes de tránsito, a las manifestaciones en las calles aunque sean menores y con poca repercusión, a las fugas de agua, a los conflictos personales, callejeros y/o familiares, e inclusive, a chismes de lavadero propiamente dichos, y repito, el error de la mayoría de ellos y ellas, es juzgar a los responsables o participantes de los mismos.

Por mencionar un solo ejemplo al respecto, uno de los más caóticos, fue sobre los juicios y críticas que hicieron las y los comentaristas de los noticieros sobre la suplantación de identidad de la doctora Marilyn Cote, que yo mencioné en un artículo reciente hace cinco días, inclusive llegaron a decir que su esposo psiquiatra era el que le proporcionaba las recetas en un noticiero muy importante, que no quiero mencionar para que no parezca difamación, pero después de un comunicado muy relevante supe que dicho psiquiatra no está casado con Marilyn, ni le autorizó formalmente que utilizara sus recetas; por eso la emisión de juicios sólo debe hacerse por jueces, independientemente que ahora está siendo reformado su poder, no por personas que dan las noticias, que, repito, deberían seguir la escuela de Jacobo Zabludovsky y hacer críticas mayormente constructivas, y no juicios ni linchamientos mediáticos.