Lo dijo uno de los protagonistas que ha respondido perfectamente a los retos de esta naturaleza justamente después de las 3:30 de la madrugada de ayer miércoles. Fue el propio senador Ricardo Monreal quien anunció el tema en redes sociales; con un cansancio agotador visible por obvias razones pero con el ánimo del manejo eficaz antes y posteriormente de aprobar la Ley de Ingresos 2022, se mostraba satisfecho y suspiraba al lado de la presidenta de la Mesa directiva de la Cámara Alta, Olga Sánchez Cordero.

Y cómo no mostrar esa alegría: se aprobó la Ley de Ingresos de la Federación, la miscelánea fiscal y Ley de Derechos, que comprenden el paquete económico para el ejercicio fiscal 2022. Todos ellos, con una operación política eficiente; las cosas salieron como las anticipamos porque, de entrada, hubo organización.

El asunto siendo una prioridad del presidente López Obrador pasó a ser un tema de interés propio para el legislativo con los detalles previos de los tiempos que requería para su aprobación.

Era, por ende, un punto sustancial que sólo tiene una razón poderosa en tiempos de la Cuarta Transformación del país: continuar dando solidez económica en todos aquellos ambientes donde la necesidad impere.

Ahí, se dotará de mecanismos e instrumentos de funcionalidad para dar equilibrio al desarrollo poniendo por encima de todo el interés colectivo que, sin perder de vista, sigue siendo la causa  y el motor de inspiración de la Cuarta Transformación.

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Por ello la respuesta inmediata. Se sentaron las bases y es, por mucho, el paquete económico más sustancial de los últimos dos años que detonará potencialmente el desarrollo de México. Crece el esquema de progreso y bienestar; la salud sigue siendo uno de los puntos más elementales; lo mismo educación e infraestructura que, sin titubeos, son hechos que han forjado la bandera de la Cuarta Transformación.

Además, con la mirada fija en uno de los grandes retos de robustecer el apoyo a los adultos mayores se prevé, en un corto plazo, aumentar incorporando más recurso después de que hubo de cierta forma un desequilibrio por los efectos negativos que produjo la pandemia del Covid-19.

En otras palabras, un paquete económico consciente que no dejó pasar por alto los grandes retos que aún tiene el país. Un botón de muestra que afirma, por mucho, el gran interés de las circunstancias que se han considerado fundamentales.

No hay duda que el presidente quedará satisfecho. El senado ha reafirmado una vez más que, desde el legislativo, hay una postura firme. El desafío se cumplió y será, en los hechos, el punto principal del telón de fondo del proyecto de Reforma Eléctrica que, desde hace mucho, viene generando posturas distintas.

Sin embargo, lo he dicho y tal parece que no me he equivocado: el papel eficiente de los senadores de Morena ha sido, hasta hoy, impecable. Desde antes se organizan; abren el debate con total respeto y apertura; son calculadores y, exactamente ayer, lo confirmaron. No hubo contratiempos, cuando mucho discusión y conceptos distintos, pero sólo eso.

Imposible no poder decirlo. El Senado, repito, es el principal motor y vehículo, una especie de inspiración que alimenta la esperanza de la ciudadanía. No hay nadie que pueda contradecir una verdad inocultable.

Así, con esas palabras.

El Senado cumplió y, nos cuentan, ya prepara la cancha para resolver el proyecto de Reforma Eléctrica que saldrá, como se espera, avante y en mayoría. Desde hace semanas se teje una operación política para alcanzar acuerdos; no es cualquier cosa: el tema tiene lógica y sentido por lo que representa.