Tuve la oportunidad de volar, saliendo desde el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). El motivo: la aerolíneaEn opinión de Ximena Garmendia, Viva Aerobús y el festival Tecate Pa´l Norte me invitaron a disfrutar de tres días de música en la bellísima sultana del norte, y tuve la oportunidad de volar saliendo desde el AIFA, me invitaron a disfrutar de tres días de música en la bellísima sultana del norte, Monterrey.

Pero no crean que fue asueto total. Como siempre, aproveché para analizar las instalaciones aeroportuarias, y ver con mis propios ojos qué tal funciona el nuevo aeropuerto; sobre todo sin apasionamientos políticos, porque la obra es para todos los mexicanos, sin importar sus preferencias electorales. Así que los invito a que veamos más allá, y ahora sí, entrémosle al análisis serio.

Yo vivo al sur de la Ciudad de México, prácticamente en la salida a Cuernavaca, y para llegar al AIFA, aunque atravesé toda la ciudad, debo decir que hay varias posibilidades para llegar sin auto. En esta ocasión no las utilicé, porque andaba de “chafirete”, sin embargo, una excelente opción, que solamente cuesta $120 pesos, es el “AIFAN”, un autobús que sale de la terminal del sur, en Taxqueña y que te deja en el AIFA.

Desde mi casa hay varias formas de llegar en automóvil, puede ser pasando por el AICM y luego tomar la autopista urbana “Siervo de la Nación”, o la otra es por todo Periférico hasta llegar al tramo de Lechería-Chamapa y de ahí tomar el Circuito Exterior Mexiquense.

Optamos por esta última, y tomamos el segundo piso de Periférico a la altura de Viaducto Tlalpan, y de ahí hasta entroncar con el Circuito Exterior Mexiquense, en un tiempo aproximado de dos horas de camino.

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Y aquí viene mi primera queja de los conductores, ¿les es imposible respetar el límite de velocidad? En el segundo piso – y casi lo recorrí todo- el límite son 80 kilómetros por hora, pero eso no significa que forzosamente deban de ir a esa velocidad. Parece que se entiende que mínimo, deben circular a 80 kilómetros por hora.

Pues bien, todo mundo rebasa, y por mucho, los límites establecidos, poniendo en riesgo a quienes sí lo respetamos, porque no hay ninguna necesidad mal sana de correr. De verdad, nos urge una campaña para que la gente entienda que las altas velocidades solamente los ponen en riesgo de tener un accidente fatal.

Y en el caso del Circuito Exterior Mexiquense, el límite son 90 kilómetros por hora, y pasa lo mismo, vi coches que van a mucho más de 100 kilómetros por hora, conductores que aceleran como si no hubiese un mañana; no lo tolero. ¿Por qué les es tan difícil conducir correctamente?

Al llegar al estacionamiento del AIFA me percaté que las luces (rojas y verdes) que tienen para indicar si hay lugar o no, están desincronizadas, pues veías luces verdes en lugares ocupados; la verdad me costó trabajo encontrar lugar dónde dejar estacionado el coche, porque estaba muy lleno. Por supuesto que valoré la posibilidad de llegar en Uber, pero en números redondos, el viaje de ida salía en $800 pesos.

Ahora, de toda la vida sé y estoy consciente de ello, que en todas las terminales aeroportuarias a nivel mundial, los taxis son extremadamente costosos, por eso cuando viajamos, muchos buscamos otras formas de salir del aeropuerto.

Por ejemplo, en París lo mejor es encaminar los pasos al tren, en Chicago igual, te subes al metro, y ahora en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) hay un Metrobús que la verdad está muy padre, y te saca de la zona, si es que no quieres usar el metro Terminal Aérea de la T1.

En el AIFA también hay más opciones; puede ser el mismo camioncito del AIFAN, o las vans que te llevan a puntos específicos de la ciudad de los palacios, como a la glorieta del Ángel o al Monumento a la Revolución; pero en mi caso no habito en una zona céntrica, sino que estoy literalmente en las faldas del Ajusco, así que opté por dejar el coche en el estacionamiento, y por cinco días fueron $884 pesos.

La terminal aérea es pequeña, pero muy cómoda y bien señalizada. Llegamos a los mostradores de Viva e hicimos el check in del equipaje muy rápido. Sí, a mí me gusta documentar mi maleta; como tripulante fueron muchos años de cargar mi equipaje, ahora prefiero esperar mi maleta en la banda, y viajar solo con una bolsa, que me deje las manos libres.

El paso por los filtros es muy rápido, no tienes que sacar las cosas de tu bolsa, como sí se hace todavía en el AICM, o por ejemplo en el Aeropuerto de Monterrey. Dentro del AIFA, los grandes ventanales iluminan muy bien las salas de espera, lo que reduce el consumo de electricidad, además como tiene un techo muy alto, no es necesario invertir en aire acondicionado, permitiendo una temperatura agradable dentro del edificio terminal; no es poca cosa, con esto se contribuye al combate del cambio climático -no solo en el discurso, sino en los hechos- pues logra reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera.

Hay un montón de tiendas y restaurantes, desde los de cadena como Johnny Rockets, hasta tiendas como Oxxos. Las bandas transportadoras dentro de la terminal optimizan el traslado de los pasajeros, y las puertas de embarque son muy prácticas y amplias.

Tienen torres para cargar equipos telefónicos móviles, e incluso mesas de trabajo para conectar laptops. Esto ya lo había visto el año pasado en el Aeropuerto Charles de Gaulle (Francia), cuando cubrí un evento de la IATA, una magnífica oportunidad gratuita de seguir trabajando mientras esperas tu vuelo.

En esta ocasión mi vuelo fue por la tarde, y había mucha gente en las distintas salas, pues estaban programados varios vuelos ese día; así que voy a decirlo: no, no es un “aeromuerto”. Funciona a la perfección como aeropuerto secundario o complementario al AICM, algo que a muchos de los medios de comunicación y público en general les cuesta entender. Que quede claro: el AIFA no es, y nunca ha pretendido ser un HUB.

Es curioso, los usuarios ver con normalidad que, en ciudades como Londres, París o San Francisco, tengan varios aeropuertos, pero les parece “inimaginable” que eso sea viable en la Ciudad de México. Hoy contamos con dos terminales aéreas, una dentro de la ciudad y la otra en Santa Lucía, y habrá que ir incorporando poco a poco al Aeropuerto Internacional de Toluca (AIT), y al de Cuernavaca, ¡y con la pena!, habrá que educar a los pasajeros para que vean que además del AICM hay más opciones para salir de viaje.

Tanto el Aeropuerto de Monterrey, como el AIFA tienen estas torres para conectar tus aparatos electrónicos; mi recomendación es que busquen los asientos que ya traen en los respaldos a la altura de los descansabrazos esas conexiones, es mucho más cómodo y no tienes que “pelearte” por enchufar tu teléfono.

En el Aeropuerto Charles De Gaulle en París y en el de Ginebra, Suiza, los tienen; desconozco si también en otras terminales aéreas a nivel mundial, pero si en Europa ya lo manejan así, no dudo que otros aeropuertos hayan migrado a este tipo de asientos, además de las torres de carga.

Ese sería lo único que puedo señalar como punto “negativo”. En términos generales el AIFA es una muy buena terminal aérea para viajar. Está limpio y es cómodo, así que como pasajero tendrás una buena experiencia.

Ahora, eso sí, “mega tache” al Aeropuerto de Monterrey, ¿cómo es posible que los baños no tengan agua?, en la terminal donde salen los vuelos de Viva, por lo menos en los baños de mujeres -no sé sí lo mismo pasaba en el de hombres- no había agua; mucho “Le Pain Quotidien y Panda Express” pero no hay agua en el baño; de las dos torres que hay para conectarse, solo sirve una, y todos se “aperran” en el lugar para cargar sus teléfonos. ¿Qué pasó ahí OMA (Grupo Aeroportuario Centro Norte)?

Al final, como sobrecargo tuve la experiencia de utilizar muchas terminales aeroportuarias, y de verdad no hay ninguna que sea “perfecta”. Habrá algunas donde camines largas distancias para llegar a tu puerta de embarque (San Francisco), otras en las que tardarás más de dos horas en pasar migración (Miami), y algunas como la de Denver, que no sabes si tomar el trenecito o irte a pata para comprar algo de comer, todas las terminales tienen sus detalles, sus cosas buenas y malas, por eso les puedo decir que en términos generales el AIFA es una buena terminal aérea, y será maravillosa una vez que esté listo el tren.

Porque es un hecho, yo sí me iría en Metrobús desde mi casa saliendo de “El Caminero”, y bajando en Buenavista para hacer el transbordo al Suburbano; ¡y vámonos recio!, 39 minutos después estar en el AIFA, documentando mi equipaje, de verdad, eso será un gran detonante para que las líneas aéreas abran más vuelos y oferten más rutas.

Y me comprometo a ello. Una vez que esté listo el tren, regresaré para hacer la segunda parte de esta nota de viajera.