El Paquete Económico 2025, presentado por el Ejecutivo, encabezado por Claudia Sheinbaum, representa un cambio de paradigma en la gestión pública, apostando por la sostenibilidad ambiental y la inversión social tecnológica sobre un enfoque militarista.

Quedó atrás el apapacho obradorista que año tras año, presupuesto tras presupuesto, llegó a colocar a la Secretaría de la Defensa Nacional como la privilegiada por encima de las mujeres o la salud.

Claudia Sheinbaum perfila su primera propuesta presupuestaria como un esfuerzo innovador que prioriza el campo, la tecnología, la seguridad a través de la inteligencia, así como la infraestructura y el combate a las desigualdades, sin sacrificar la responsabilidad fiscal. A pesar de que este presupuesto ha recibido como críticas un déficit fiscal necesario para sostener los programas sociales, sin una reforma fiscal progresiva, el cambio en el destino presupuestario es de reconocerse.

1. Prioridades verdes y sociales

El presupuesto proyecta un aumento significativo en sectores clave como el Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (183.3%), infraestructura y telecomunicaciones (72%), y entidades no sectorizadas (21%). Estas asignaciones reflejan un compromiso con el desarrollo sostenible y la innovación tecnológica, elementos centrales de una agenda ambientalista progresista.

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2. Reducción del gasto militar

En contraste, los recursos destinados a la Defensa Nacional caen un 43.3%, evidenciando un alejamiento de políticas militaristas. Esto no solo redefine las prioridades presupuestales, sino que también envía un mensaje claro sobre la necesidad de abordar los desafíos sociales desde perspectivas más humanas y menos coercitivas.

3. Innovación en política económica

Con proyecciones optimistas de crecimiento económico (2-3%) e inflación controlada (3.5%), el gobierno busca reducir el déficit y fomentar una recaudación sin precedentes de 5.3 billones de pesos. Este enfoque apunta a equilibrar las cuentas públicas mientras se atienden demandas sociales históricamente postergadas.

La visión de Sheinbaum sitúa al medio ambiente y al bienestar social como ejes rectores, aunque posterga las discusiones necesarias para que los programas sociales sean sostenibles.

Tienes que ir al cine a ver Megalópolis

Anoche vi la última obra de Francis Ford Coppola, Megalópolis. Una obra extraordinaria que contiene una crítica distópica a los abusos de los más adinerados, así como de los típicos políticos frente a la expectativa de construir una ciudad basada en la tecnología, el progreso y la ciencia.

El filme más reciente del director que representó la histórica secuela de “El Padrino”, antoja una combinación arriesgada, que culturalmente es distante como Nueva York, Estados Unidos y la antigua Roma. Con el mito de las vírgenes vestales entre las traiciones, con el eje de un amor prohibido y típico entre la hija del adversario con el futurista creador de la Megalópolis, esta película merece dos o tres vistas para alcanzar la comprensión completa.

Coppola, adelantado a su época, nos ofrece un deleite para recordar la historia y anticipar los progresos tecnológicos junto con una postura cercana a los migrantes y la familia, alejada de los líderes estilo Donald Trump.