“Sin maíz no hay país”. Lo he dicho antes y hoy lo repito. Más o menos, una de cada tres tortillas que se consumen en México llevan maíz sinaloense. De ese tamaño es la proporción y la importancia de la cosecha en nuestra entidad. No es algo trillado, es la verdad.

El problema de la comercialización de los granos en México no es nuevo. Es una problemática que viene de los años 70′s-80′s con los gobiernos priistas. Sí, fue Luis Echeverría quien fortaleció la producción agrícola. A López Portillo le tocó una crisis en su gobierno. Mientras a Miguel de la Madrid le tocó la liberación de la agricultura en México, ya con su apuesta neoliberal. Hubo de todo, inflación, disminución de productividad. Con Carlos Salinas se intensificaron las obras de riego. Y así, cada sexenio ha paliado el tema de la agricultura a su estilo.

Luego llegaron los famosos apoyos al campo. Los del sector agrícola no me dejarán mentir que los ricos eran los más beneficiados. Siempre había “chanchullo” dirían en el rancho. El Procampo benefició a unos y otros. Eso sí, ha sido el gobierno quien termina pagando la utilidad en la producción agrícola ante la voracidad de los grandes empresarios. Situación que no debe ser.

En Sinaloa los productores de maíz se han expresado inconformes con el plan de comercialización que ofrece gobierno del estado y Segalmex. En días pasados tomaron PEMEX y ahora el Aeropuerto de la capital.

Siempre lo voy a decir, la lucha es todos. Mi solidaridad para el gremio agrícola. Están en total derecho a manifestarse, pero eso sí, sus derechos y demandas no deberían violentar los derechos y la cotidianeidad de la ciudadanía en pleno. Y ya lo hicieron, las afectaciones son cuantiosas.

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Cuestiones hay muchas. Opiniones y críticas de ambos lados también. ¿Por qué si el Gobernador Rocha Moya les dice que está abierto al diálogo este grupo se rehúsa a escucharlo?, ¿por qué politizan un tema tan sensible como es la producción que alimenta a millones de familias en México?, ¿dónde está la solidaridad de los grandes productores con los pequeños, que son quienes más batallan para lograr su cosecha?, ¿a quién le conviene agitar a los agricultores?, ¿cuál es la estrategia correcta para que esto no se repita la próxima zafra?

Lo que se vive en Sinaloa no debemos normalizarlo. La cerrazón de ciertos líderes podría provocar pérdidas económicas para muchos agricultores, la mayoría pequeños. Una cosa es lo político. Otra muy diferente es coadyuvar para darle solución a esta problemática que nos atañe a todos. En los números, el precio del maíz debe ser rentable para todos. Da igual si el agricultor es pequeño o grande.

Confío en que esta situación se destrabe. El gobernador Rubén Rocha Moya desde el día uno ha sido el principal gestor de los productores. Desde la primera semana se ha puesto de lado del sector agrícola y se asume como uno más de los agricultores sin tener una sola hectárea de cosecha. Incluso ayer, con justa razón convocó a los agricultores a manifestarse, pero ante los grandes industriales, pues son quienes regulan el precio en el mercado.

El proceso de comercialización está en marcha. Toca evaluar a Segalmex en el flujo de pagos. Los bodegueros deberán cumplir con lo acordado. En la AARC su dirigente Enrique Riveros hace lo propio, están en espera de que SADER acopie las toneladas de maíz que se tienen.

Si cada organización hiciera lo que le toca, otra cosa fuera. No olvidemos que el diálogo es la mejor herramienta para llegar a buen puerto.

Vanessa Félix enTwitter: @vanessafelixmx