Pienso que es un error dejar al poder judicial sin sus fideicomisos. Enseguida trataré de explicar adecuadamente mi punto de vista.
Lo mejor que he leído sobre el tema lo publicó Ana Laura Magaloni Kerpel hace unos días en Reforma. La conocida abogada sintetizó el problema más o menos en los siguientes términos:
1. Morena, en la Cámara de Diputados, pretende una reforma a la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación para eliminar 13 de los 14 fideicomisos de la SCJN, el Consejo de la Judicatura Federal y el TEPJF.
2. Tales fideicomisos representan 15 mil 450 millones de pesos.
3. Los recursos de tales fideicomisos el poder judicial los ha utilizado para (i) prestaciones médicas, (ii) pensiones y (iii) retiros e infraestructura.
¿Qué significa la extinción de los fideicomisos?
La jurista Magaloni responde:
1. “El rasgo más elemental del oficio del juez radica en su capacidad para resolver disputas sin favoritismos políticos ni presiones externas”.
2. Se deben crear condiciones para que las personas juzgadoras no cedan a la tentación de doblegarse “ante los otros poderes o ante grupos de interés determinados”.
3. En el mundo solo se conoce una fórmula para maximizar la posibilidad de que en los hechos se dé la independencia judicial: establecer “determinados candados normativos con relación a los sueldos, inamovilidad y retiro de los jueces”.
4. Jueces y juezas, para realizar su trabajo sin presiones, requieren de seguridad en sus empleos, salarios competitivos —en lógica de mercado, evidentemente— y planes de retiro dignos.
5. “En el caso del poder judicial federal algunas de esas prestaciones que buscan garantizar la independencia judicial han estado aseguradas, en parte, a través de los fideicomisos”.
6. La abogada Magaloni apunta algo de la mayor relevancia: “En un sistema de servicio civil de carrera generalmente no se reducen o eliminan las prestaciones de un plumazo”. ¿Es lo que sufrirán jueces y juezas si se eliminan 13 de 14 fideicomisos del poder judicial?
7. Probablemente eso ocurrirá —que cambien, para mal, las condiciones de trabajo de jueces y juezas—, no solo por la desaparición de fideicomisos, sino también por la intención de Morena de lograr “un importante recorte presupuestal al poder judicial”.
8. Con la desaparición de los fideicomisos y la reducción presupuestal se refuerza la percepción “de que el ejecutivo y su partido están decididos a castigar y debilitar a la Suprema Corte”.
9. Con peores condiciones de trabajo —es lo que quiere el poder legislativo, por lo visto: menos ingresos para jueces y juezas, sin un retiro digno asegurado—, quienes participan en el poder judicial perderán independencia y, por lo tanto, se les complicará la tarea fundamental de “aplicar la ley al poder y los poderosos en México”.
Ahorren en otra parte
La verdad de las cosas es que si el gobierno quisiera más recursos para sus proyectos prioritarios, debería empezar por recortes mucho más fuertes en la estructura del poder ejecutivo.
1. ¿Es necesaria la Secretaría de Turismo? Absolutamente para nada. La gente que invierte en el sector turístico hasta se ríe de lo que hace tal dependencia. Ayudaba la publicidad en el extranjero que realizaba el Consejo de Promoción Turística, pero eso ya no existe: sus recursos que se fueron al Tren Maya. Así que la SECTUR y el consejo podría desaparecer, y a nadie le importaría.
2. Con CFE y Pemex como empresas estratégicas del Estado mexicano, sale sobrando la Secretaría de Energía.
3. Las Secretaría de la Defensa Nacional y la de Marina podrían fusionarse, inclusive con la de Seguridad y Protección Ciudadana.
Por cierto, un gran ahorro se conseguiría si en vez de 500 diputados y diputadas hubiera nada más 150… o menos. Para lo que hacen —básicamente cobrar y grillar— con un par por entidad federativa sería suficiente.
Y con 32 senadores o senadoras la cámara alta haría lo mismo que con tantos huevones que ahora no hacen nada. Sobran por lo menos 96 inútiles en esa cámara.
Más personas juzgadoras
No necesitamos menos jueces o juezas, sino más —y con mejores salarios y condiciones de retiro—.
Como millones de mexicanos y mexicanas desde hace muchos años digo que es un honor estar con Obrador. Pero no deja de ser molesto pensar que los recortes a la SCJN y en general al poder judicial, quizá jamás se habrían planteado si siete ministros y cuatro ministras le hubieran dado la razón en todo al titular del ejecutivo. No lo hicieron —esto es, actuaron con independencia y honestidad— y quizá sea la razón para que sufran tan fuerte castigo.
Menciono a quienes integran la SCJN, para homenajearles, excepto a dos :
1. Norma Lucía Piña Hernández.
2. Juan Luis González Alcántara Carrancá.
3. Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
4. Margarita Ríos Farjat.
5. Loretta Ortiz Ahlf.
6. Alberto Pérez Dayán.
7. Javier Laynez Potisek.
8. Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.
9. Jorge Mario Pardo Rebolledo.
10. Luis María Aguilar Morales.
11. Yasmín Esquivel Mossa.
Excepto Aguilar Morales y Esquivel Mossa, los y las integrantes de la corte suprema han realizado un gran trabajo y así debemos reconocerlo.
Aguilar y Esquivel no han estado a la altura, claro que no. Ella por haber plagiado sus tesis de licenciatura y doctorado; él por odiar a los únicos libros que llegan a las casas de los niños y las niñas pobres.