La nueva ministra de la Suprema Corte de Justicia, Lenia Batres Guadarrama, se enfrenta a una compleja realidad dentro de su nuevo espacio de trabajo. El desempeño de su puesto, no es tarea fácil, ya que requiere de un profundo conocimiento del Derecho y sobre todo en materias como: constitucional y administrativo. No solo se trata de la teoría, también se requiere de experiencia en litigio y en el sistema judicial, ya sea como abogadx litigante, juez, etc. Además es necesario que tenga habilidades de análisis, lógica y razonamiento jurídico para “desenmarañar” las controversias que los diversos expedientes contienen. Deberá manejar diversas ramas del Derecho y aplicar los principios jurídicos, con rigor y precisión.
La argumentación y fundamentación de los diversos casos, deberán ser expuestos de manera escrita y de forma verbal. Es por esto y otras razones, por lo que existe la carrera judicial, donde por medio de exámenes de oposición se va escalando y obteniendo los puestos. Es importante mencionar que las evaluaciones requieren de los máximos niveles de exigencia para su aprobación.
Como sabemos, la nueva ministra, obtuvo el puesto por la lealtad que tiene al presidente Andrés Manuel Lopez Obrador, quien se ha referido a ella como alguien incorruptible, con ideales de lucha y una verdadera defensora de la justicia. ¿Las mencionadas cualidades serán suficientes para que pueda desempeñar su labor?
La nueva ministra se enfrenta a un complejo problema, al día de hoy, ya tienen sobre su escritorio 93 expedientes a resolver y presentarlos a la Segunda Sala y al Pleno. Claro que tendrá un equipo de trabajo que la auxiliará en analizar, fundamentar y resolver cada caso, acorde a las normas constitucionales, pero también –como mencioné– deberá defender su posición de forma oral y será complicado que su equipo pueda auxiliarla en esos momentos de exposición.
Como vemos, será el tiempo quien dirá si sus convicciones políticas e ideológicas serán suficientes para que cumpla con su labor.