En días recientes, las declaraciones del presidente Donald Trump han suscitado una creciente preocupación en México, tanto en el ámbito político como económico.

No solamente en México es que Trump ha evidenciado su falta de tacto diplomático para abordar temas sensibles, recientemente en una reunión reciente con el presidente de Ucrania, mostró lo que parecía una disposición a confrontar a los líderes que considera débiles.

Esta actitud no solo genera incertidumbre, sino que también plantea serios desafíos para la relación bilateral entre México y Estados Unidos. Cada una de sus intervenciones va cargada de una retórica que puede afectar la confianza en el trato internacional y, por ende, en la estabilidad económica de nuestro país.

En este contexto un tanto complejo, nuestra presidenta, Claudia Sheinbaum, ha reafirmado su capacidad de liderazgo y su inteligencia para contrarrestar el abordaje singular de Trump.

Recordemos que históricamente, la relación entre México y Estados Unidos ha tenido sus altibajos, atravesando periodos de colaboración y tensión, y hoy nos encontramos ante un nuevo desafío que podría tener repercusiones directas en nuestra política y economía.

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La atención al discurso de Trump no debe limitarse a su contenido inmediato, sino también comprender el efecto dominó que puede tener en nuestras alianzas y acuerdos previos, que a pesar de que México ha cumplido con estos últimos, las recientes decisiones de Trump en torno a temas como el tráfico de fentanilo, el crimen organizado, la migración y cuestiones comerciales representan un verdadero reto que no podemos permitirnos pasar por alto.

En este escenario, México se ve comprometido en diversas aristas, como lo es el flujo de inversión y en cómo se desarrollan las relaciones con nuestros vecinos del norte.

Sin embargo, el gobierno mexicano no se ha dejado llevar por la presión del nuevo inquilino de la Casa Blanca. Recientemente, se ha lanzado el “Plan México”, una estrategia integral y fundamental para atraer inversiones extranjeras y crear un entorno más favorable para los negocios en nuestro país.

Esta iniciativa busca diversificar la economía mexicana y hacerla menos vulnerable a las vicisitudes políticas externas. La creación de un ambiente propicio para los negocios es crucial en este momento crítico, donde el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y la realidad económica global desatan el flujo de capitales hacia nuestro país.

Es fundamental que México adopte una postura moderada y estratégica, buscando soluciones a través de la unidad y la diplomacia. Es natural que existan críticas hacia el gobierno actual; no obstante, es vital unir fuerzas más allá de las diferencias políticas en este contexto histórico. Las decisiones tomadas a nivel presidencial y el manejo de nuestra política exterior deben ir alineadas con un enfoque colectivo para proteger nuestros intereses. Ante la tendencia proteccionista del trumpismo, es urgente que sigamos el llamado de nuestra presidenta para implementar una estrategia que resguarde nuestra soberanía y fortalezca la economía.

Un hecho que sorprende a muchos es el respaldo que nuestra presidenta ha recibido de la población. En el Estado de México ha sido notable, lo que demuestra que la ciudadanía confía en que su liderazgo es capaz de guiar al país a través de tiempos difíciles.

Desde el Estado de México, los legisladores y alcaldes del Partido Verde Ecologista de México estamos comprometidos a apoyar hasta donde tope. Este compromiso no es solo político; es un llamado a la unidad entre todos los sectores para enfrentar juntos los desafíos que se presentan. La clave para avanzar y enfrentarnos a la adversidad radica en nuestra capacidad de actuar con un sentido renovado de propósito y solidaridad.

La unión no solo fortalece nuestra posición en la mesa de negociaciones internacionales, sino que también reafirma al mundo que México es un país resiliente, capaz de adaptarse y superar sus retos. Con determinación, y un enfoque claro en las necesidades de nuestra nación, es el momento de avanzar, con esperanza y unidad, hacia un futuro donde México sea un socio respetado y valorado en la comunidad global.

Juntos, con el liderazgo de nuestra presidenta y el compromiso de cada uno de nosotros, podemos crear un México que no solo resista las tormentas externas, sino que también florezca en ellas.