A casi cinco años del triunfo histórico del presidente López Obrador, el mandatario ha convocado a una celebración popular el próximo primero de julio. El punto de partida será el Ángel de la Independencia, hasta llegar al Zócalo Capitalino, al menos algunos contingentes así lo harán en vísperas del acto. Será, en la antesala del final del sexenio, una manifestación masiva, dada la popularidad que vive como jefe del ejecutivo federal, pero también, porque la expresión ha mostrado unidad en el ejercicio de las asambleas de información que están llevando a cabo los activos de mayor peso a lo largo y ancho del país.
De hecho, el propio presidente se dio a la tarea de organizar y planear el proceso previo. Incluso, una vez que el Consejo Político de Morena, bajó esa ruta de trabajo, ha cumplido con las reglas de participación interna. Eso habla de que, en unos meses que se tomen decisiones, la unidad está asegurada para enfrentar la batalla electoral del 2024, donde Morena es, no hay margen de duda, el gran favorito para ganar la presidencia de la República, así como la mayoría de gubernaturas y, de paso, amplio dominio en ambas cámaras legislativas. Con esas condiciones a favor de la expresión, veremos una manifestación de amplios sectores de la sociedad muy nutrida.
Me atrevería a decir que, este próximo evento del primero de julio, superará la convocatoria de otras. A diferencia de otras etapas, este llamado que hace el presidente es crucial, sobre todo por el proceso que vivirá la expresión el siguiente año. Pero más allá de eso, hay muchas razones para celebrar la llegada de un gobierno distinto. Esa alternancia, al final de cuentas, se convirtió en una realidad social tangible en relación con la transformación que ha vivido el territorio nacional.
Podemos destacar muchas políticas que se han implementado en este gobierno que encabeza López Obrador, sin embargo, lo cierto es que, todas ellas, han revolucionado no solo la calidad de vida a través de la expansión de los programas sociales, si no han llegado a profundizar el progreso social. De hecho, con las leyes y reformas constitucionales que han salido adelante en este periodo, hay una garantía de continuidad y tránsito de ayuda a los sectores más vulnerables de México.
La clave de ello está en el interés y la voluntad que le imprime López Obrador. Se acabaron, en ese sentido, la simulación que durante décadas padecimos de los gobiernos conservadores. Los tiempos han cambiado y, el proceso de transformación de la vida pública del territorio nacional, ha echado raíces significativas, al grado de alcanzar niveles de crecimiento importantes. Hay estabilidad en el país, debido a que la gestión de AMLO se ha comprometido y, lo más trascendental, el acceso a los servicios públicos son eficientes.
Es, a todas luces, el mejor gobierno que hemos tenido en México en las últimas décadas. En lo personal, en tres ocasiones voté por él en los procesos de elección para la presidencia de la República. Dos de ellas, por cierto, vivieron en carne propia, el desaseo de los órganos electorales y la descarada manipulación. En pocas palabras, no hubo transparencia y, con un fraude monumental, le arrebataron la posibilidad de haber llegado desde el 2006 a Palacio Nacional. Sin embargo, el destino y las circunstancias sociopolíticas le destinaron el año 2018 y, con una victoria contundente, permitió que el proyecto de nación que encabeza AMLO, llegara al poder institucional.
Y, cómo será un hecho sin precedente, vamos todos al Zócalo Capitalino de la Ciudad de México que, durante años, ha sido el corazón y principal epicentro de la lucha democrática del país. De hecho, la fortaleza de esa manifestación pacífica está nutrida de la participación social de millones de mexicanos que, hoy en día, siguen respaldando el proyecto de transformación que encabeza López Obrador.
A propósito, con mayor razón la asistencia será de dimensiones mayúsculas, pues el Plan C del presidente López Obrador sigue ganando terreno por todo el país. Veremos, a todas luces, una ola en apoyo al máximo exponente de la izquierda en México, eso sí, cobijado por los actores de mayor peso que, hoy por hoy, recorren e informan los avances de la 4T por toda la geografía nacional.