Este año, el día de Halloween estuvo de terror. Desde muy temprano, todavía no daban las 8:00 cuando recibí el mensaje de un sobrecargo de Volaris, Base Tijuana: “nos están citando en un hotel, creemos que es para recortarnos”.
Puse manos a la obra para corroborar la información, y ver si solamente estaba sucediendo en esa estación o también en las otras que tiene Volaris. Sin embargo, tuve que interrumpir momentáneamente esa actividad porque alrededor de las 11:00 de la mañana, me llegó otro mensaje:
“Ximena buenos días! Me da mucha pena molestarte, quería enviarte esta información, acaba de pasar en este momento. Vuelo 520 Mex - Cun 11:45 am. Se abordó en puerta D. El video me lo envió mi hermana, ella está tomando ese vuelo. Me dice que repitió varias veces la acción, solo que no pudo grabar antes. Me causa mucha tristeza e indignación. Aeroméxico. Si se puedes sí, por favor!”
Adjuntado al mensaje venía un video en el que se ve, con toda claridad, a un trabajador de Aeroméxico usando su celular para “ver” debajo de la falda de una persona que está abordando el avión. Con base en la petición, subí el video adjuntado a mi perfil de Twitter (ahora X).
Tenía menos de una hora el post cuando recibí una llamada de Aeroméxico, en la que me informaron que de inmediato iban a tomar cartas en el asunto, y que era inaceptable la conducta del sobrecargo. Muy poco tiempo después me enviaron por escrito el posicionamiento de la aerolínea, que entre otras cosas precisa que tomarán cartas en el asunto: “inició el procedimiento laboral correspondiente en apego a la política de cero tolerancia al incumplimiento del código de conducta de la aerolínea”.
Quiero resaltar la celeridad con la que respondió la aerolínea del caballero águila ante este penosísimo incidente. Fui representante sindical, así que conozco perfectamente el procedimiento al que hacen referencia, y sé bien que, en este caso, la única salida viable es la “corrida” del trabajador involucrado.
Muy bien por Aeroméxico, que está tomando con la debida seriedad e importancia el tema del acoso sexual; como lo dije en el post original: todos, y especialmente las mujeres tenemos derecho a espacios libres de violencia sexual. Mi reconocimiento a la velocidad en la reacción de la empresa antes este penoso incidente.
Pero mi sindicato es otra historia; la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA de México), hasta el momento en que estoy escribiendo estas líneas no ha dado a conocer su postura sobre el caso y eso preocupa.
Y es que este silencio e inmovilidad por parte de la representación sindical le hace un flaco favor a una lucha y esfuerzo que durante años hemos hecho los sobrecargos por posicionar nuestra profesión justo como lo que es: que los tripulantes de cabina somos personal de seguridad a bordo, y no son simples “meseros” del aire.
No tienen idea de cómo nos molesta esta mala concepción de lo que es un sobrecargo. Precisamente por eso esperaba con verdadera ansiedad un posicionamiento de mi sindicato, una férrea postura ante este penoso incidente.
El hecho adquiere dimensiones trágicas cuando, como suele suceder en estos casos, una vez que se hizo viral el video, recibí varios mensajes de diferentes personas, diciendo que el sobrecargo en cuestión ya traía un historial de acoso, pero que, gracias a las acciones abyectas de defensa del anterior secretario general del sindicato, logró mantener su permanencia en Aeroméxico.
Me apenan las acciones de la anterior representación sindical, y me molesta el marasmo de la actual; me ofende que se encuentre en pleno aletargamiento debido a una serie de destituciones realizadas en el seno sindical, dejando varios cargos sin representante, y que quienes deberían suplirlos, o andan de vuelo o incapacitados en su casa; en resumen, tenemos varias bajas dentro de la representación, y si a eso le sumamos las nulas ganas de trabajar, lo único que vemos es la abulia de su parte.
Muy importante, no estoy pidiendo que “defiendan lo indefendible”, todo lo contrario. ASSA de México debería estar dejando claro en este momento que el implicado tendrá garantizado su derecho a defenderse por sí solo, si así lo desea (aunque la prueba es palmaria).
Pero con la misma vehemencia, por el honor y respeto al resto del gremio, debería estar emitiendo por lo menos un “extrañamiento” ante este deplorable suceso, que desprestigia nuestra profesión y nuestra lucha. Debe quedar claro que el gremio de sobrecargos está compuesto por gente profesional y que no toleraremos que los “compañeros” (hombres o mujeres) que acosen, agredan o intimiden, tengan cabida en la asociación sindical.
Mientras esto sucedía, ya alrededor del mediodía, cada vez más y más compañeros de Volaris iban anunciándome que su empresa les había llamado para darles su carta de “retiro”. Y es que hay que decirlo, ya hace algunas semanas abordé el tema de los motores Pratt&Whitney, que los ha llevado a mantener en tierra 16 aviones Modelo A320neo. Por tal motivo Volaris tomó la decisión de hacer un recorte de personal. Y hasta aquí, todo suena coherente.
El problema surge cuando este recorte se lleva a cabo al margen de lo que establece la Ley Federal del Trabajo, así como en su contrato colectivo de trabajo. Dichos documentos legales establecen que cuando sea necesario llevar a cabo recortes de personal, se harán por estricto orden de escalafón, yendo del más nuevo al más antiguo. Uno de los trabajadores que le acaba de tocar el recorte, me mostró el documento que le hicieron firmar.
“Convenio de terminación de la relación de trabajo que celebran por una parte Concesionaria Vuela Compañía de Aviación S.A.P.I. de C.V., representada por ----- ----- -----, y por la otra parte -------- de acuerdo a los siguientes antecedentes, declaraciones y cláusulas.
Antecedentes
La compañía fabricante de motores conocidos como “GTF” utilizados en la flota de la familia Airbus A320neo que opera Concesionaria Vuela Compañía de Aviación S.A.P.I. de C.V., solicitó una revisión preventiva acelerada de dichos motores.
Concesionaria Vuela Compañía de Aviación S.A.P.I. de C.V., sigue diligentemente las directrices de aeronavegabilidad preventiva. A pesar de diversas iniciativas de mitigación en marcha nos vemos forzados a ajustar nuestra capacidad por esta situación, lo que implica ejecutar acciones de reducción de nuestras operaciones y rediseño de red de rutas…”
Volaris
En colaboración (léase “colusión”) con el Sindicato de Trabajadores de la Industria Aeronáutica (STIA) es que se llevaron a cabo estos recortes, pero no como lo estipulan nuestras leyes laborales, sino que el recorte se está haciendo entre los más antiguos de Volaris, y me cuesta decirle “antiguos” a compañeros que llevan laborando entre 6 y 4 años, porque para mis parámetros, ellos siguen siendo “nuevos”.
Sin embargo, al margen de la realidad que implica el tema de los motores, que más adelante explicaré, esta es una práctica recurrente en Volaris, siempre aprovecha cualquier cosa para recortar gente que ya ha “hecho antigüedad”.
¿Qué es lo que pasa con los motores? Técnicamente hablando el ratio bias es la pieza responsable. Desde que se fabricaron en 2015 y hasta septiembre del 2021, esta parte suelta un polvo metálico que provoca grietas, por lo tanto, debe ser reemplazada por una nueva, así como los discos del compresor de alta presión y los discos de la turbina de alta presión y una placa giratoria unida al eje de un motor que mantiene las palas (partes en forma de ala) en su lugar.
Lamentablemente esta situación no solamente afecta a Volaris, en México también afecta a VivaAerobús, y en el resto del mundo le “pega” a Frontier, JetSmart, Spirit Airlines y aerolíneas bandera como ANA de Japón.
También ayer nos enteramos de dos disparos de tobogán en Aeroméxico Connect. Aquí otra vez se ve envuelto el STIA, sindicato patronal que no tiene idea de lo que es la aviación. Me hicieron llegar la fotografía del despliegue del tobogán con el siguiente comentario “en su afán de querer habilitar rápidamente a las sobrecargos iniciales sin importar si cumplen con el perfil, sin garantizar que están listas y preparadas en materia de seguridad, para brindar operaciones seguras, ocurrió lo consecuente, un disparo de tobogán.” Uno ocurrió el día de Halloween en el AICM y el otro el Día de Muertos en Houston.
Esto no es “gratuito”, es resultado de una batalla que mantiene el STIA para mantener el contrato colectivo, pero el tema merece ser tratado en su propio espacio, dada su complejidad.
No quiero cerrar esta columna sin mencionar la tristísima noticia del fallecimiento de los tripulantes de una ambulancia aérea Jet Rescue. En aviación decimos: “un tripulante no muere, sino que vuela más alto”. Que en paz descansen el capitán Roberto Manzano, capitán Gerardo Álvarez, capitana Eizhen Aguilar, doctora Lilian Reséndiz y el paramédico Alberto León.