Se sabe que el viernes 10 de enero se llevará a cabo la toma de posesión del próximo presidente de Venezuela, lo que no se sabe es quién realmente quedará como mandatario de ese país latinoamericano. En las elecciones que del 28 de julio del año pasado, el actual presidente Nicolás Maduro se sirvió del Consejo Nacional Electoral de Venezuela que está integrado por funcionarios leales a él para robarse el resultado de la elección y proclamar su triunfo, sin embargo, contando con el apoyo de la ciudadanía, el candidato opositor Edmundo González recolectó las actas de la votación con las que probó que el resultado lo favorecía a el.

Un día trascendental

En otras palabras, la jornada que el próximo viernes vivirá Venezuela determinará, no solo el destino de ese país, sino lo que podría ser el pase de página del populismo a la democracia.

Mientras el Congreso controlado por el partido gobernante organiza una ceremonia de juramentación para lo que sería su tercer periodo de gobierno de seis años, Nicolás Maduro sigue con la cantaleta de consolidar el mismo conjunto de políticas que han llevado al país al nivel de escasez e inflación descontrolada que ha dominado durante la mayor parte de sus 11 años en el cargo.

En un intento por lavar su cuestionada imagen, Maduro pidió al tribunal supremo, también controlado por él y su partido el Socialista Unido de Venezuela, que auditara los resultados electorales. Sin mostrar pruebas el tribunal reafirmó la victoria de Maduro y alentó al consejo electoral a publicar el recuento de votos, algo que no hicieron ni las autoridades electorales ni el partido gobernante, cuyos representantes de centros de votación, al igual que los de la oposición, tenían derecho de acceder a las actas de escrutinio de cada máquina de votación sin que hubiera forma de mostrar el triunfo al que apelaba Maduro.

Por su parte el opositor Edmundo González, también protestará como presidente, a pesar de que en septiembre pasado, luego de anunciar su triunfo en las elecciones, se vio obligado a exiliarse a España después de que un juez emitiera una orden de arresto en su contra.

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Las cosas no quedaron ahí, en plena tensión por la investidura, González denunció secuestro de su yerno. En la plataforma X comentó que el esposo de su hija “se dirigía a la escuela de mis nietos a dejarlos por el inicio a clases” y fue interceptado por “hombres encapuchados” vestidos de negro que “lo montaron en una camioneta color dorado, placa AA54E2C y se lo llevaron”.

El asunto rebasó fronteras

El presidente socialista de Chile Gabriel Boric a través de su Ministerio de Relaciones Exteriores decidió poner termino a la misión diplomática en Venezuela argumentando “la evolución de los hechos a partir de las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024 en Venezuela, tras las cuales Nicolás Maduro ha asegurado que seguirá siendo presidente de ese país el 10 de enero, como resultado del fraude electoral perpetrado por su régimen”.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden manifestó su respaldo al líder opositor Edmundo González, al señalar que debe “honrarse” su “victoria” sobre Nicolás Maduro. Así mismo, González aseguró contar con el respaldo del presidente Donald Trump y que sus equipos ya están trabajando para fortalecer una agenda bilateral.

También han declarado su apoyo países como Canadá, Alemania, Italia, Francia, Japón y Reino Unido, Argentina, Costa Rica, Ecuador, República Dominicana, Paraguay, Perú, Panamá, Uruguay y organizaciones como la OEA.

Desde la clandestinidad, la líder política opositora María Corina Machado brinda su respaldo a González al afirmar que “Maduro tiene por delante la decisión sobre su final. Si pretende quedarse por la fuerza, se encontrará con una situación tremendamente adversa”. Maduro “sabe que no hay manera de que pueda permanecer en el poder, excepto utilizando la violencia y eso es insostenible”.

Imposición o democracia

En Venezuela la oposición, que tiene una amplia mayoría sobre el oficialismo del chavismo y de Maduro, se ha mantenido firme y digna, a pesar del exilio de González se sacudieron la apatía y en un hecho sin precedente, respaldarán la investidura de su candidato toda vez que las actas demuestran un resultado contundente.

La moneda está en el aire, o se impone la fuerza dictatoria o se impone la razón y la democracia.

En el mundo se empiezan a dar cambios importantes, como la dimisión del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, lo que viene en Francia con Macron o en Alemania, mientras en México, lamentablemente la oposición, aunque mayoritaria, se mantiene apática, viendo cómo se empodera el oficialismo lopezobradorista.

El 10 de enero podría llegar a ser recordado como el día que Venezuela puso a temblar al mundo.

X: @diaz_manuel