“Víveme sin miedo ahora
Que sea una vida o sea una hora
No me dejes libre aquí desnudo
Mi nuevo espacio que ahora es tuyo, te ruego
Víveme sin más vergüenza
Aunque esté todo el mundo en contra
Deja la apariencia y toma el sentido
Y siente lo que llevo dentro
Y te transformas en un cuadro dentro de mí
Que cubre mis paredes blancas y cansadas
Créeme esta vez, créeme porque
Me haría daño una y otra vez”.
Laura Pausini, ‘Víveme’
Cuitláhuac García por Veracruz y Cuauhtémoc Blanco por Morelos son dos gobernadores cobijados por el lopezobradorismo. El veracruzano llegó al poder como abanderado de Morena y Blanco propuesto por el Partido Encuentro Social (hoy instituto político desaparecido, pero entonces aliado de Juntos Haremos Historia y aún con representantes en el ámbito legislativo y local como es el caso del exfutbolista).
El oriundo de Tepito es considerado uno de los mejores futbolistas que ha tenido México. Lástima que la soltura en el juego y haber sido un gran goleador no se traduzca en ser buen gobernante. Ahora también hay que agregar que su destreza en el balompié no necesariamente significa llevar a una vida digamos “saludable”. En días recientes se ha polemizado mucho sus aparentes nexos con el narcotráfico. Es cierto, al momento nada ha sido comprobado judicialmente.
Total, que Cuauhtémoc Blanco negó haberse retratado con personajes del CJNG; después se retractó diciendo que él se toma fotos con todo el mundo; terminó siendo amenazado por una manta donde se le acusa de negar a los amigos. En fin, entre ellos se entienden.
Lo que sí es un hecho es que, desde que fue alcalde de Cuernavaca y en estos tres años como gobernador, Morelos ha sufrido el embate creciente y descomunal de la violencia, y si bien esto no se constriñe a ese estado, los morelenses dan fe de los múltiples problemas de su entidad y de la particularidad de algunos retos allí. Y eso que venían de tener como gobernador a Graco Ramírez…
Mientras tanto, Cuitláhuac que había sido antes docente y diputado federal, no se le conocía como una persona conflictiva. Sorprendió que fuese llevado por Morena como candidato del estado más largo de nuestro país (y uno de los que mayor número de electores concentra), pero lo que ciertamente no se esperaba es que se comportara como un déspota y alguien quien busca cómo vengarse de sus adversarios.
La última probadita de sus decisiones viscerales es el encarcelamiento de José Manuel Del Río Virgen, secretario técnico del Senado de la República, militante de Movimiento Ciudadano y amigo de Ricardo Monreal, presidente de la Jucopo en esa representación legislativa. También, claro está, cuentan mucho los varios y terribles asesinatos cometidos en el estado de forma violenta particularmente en días pasados.
Este era otro que no necesitaba hacer cosas asombrosas en Veracruz pues, ante el recuerdo de “Javidú” Duarte, el mínimo esfuerzo hubiera hecho brillar al gobernante en turno.
Pero tenemos que ambos gobernadores se empeñan en que su población olvide a los nefastos anteriores, solo para tener ahora presente un nuevo pésimo quehacer y peores gestiones.
Andrés Manuel no se cansa de defender al veracruzano, mas por lo visto no le es suficiente pues lo que sucede en dicho estado no deja espacio para ‘los otros datos’ tabasqueños. Ni siquiera funcionó el que los funcionarios públicos de la Cuarta Transformación fueran obligados a utilizar sus redes sociales para levantar el “trending topic” #SoyVeracruzanoYApoyoAMiGobernador. Nada ha servido para lograr que entre compatriotas y en todo el país el gobernador veracruzano sea visto como un buen gobernante. Ni será suficiente, porque simplemente Cuitláhuac no es modelo de autoridad.
El ejercicio de gobernar deja huella. Una noción básica de la ciencia política es que la gente se cansa de un partido hasta que lo ha experimentado en el gobierno, nunca antes. A veces —excepcionalmente— la factura tarda 70 años en cobrarse como ocurrió con el PRI (controlar o dinamitar las instituciones y los contrapesos ayudan a retrasar que el rechazo se traduzca en las urnas).
Lo que sí es muy raro es que la gente se canse de un partido y de sus gobernantes cuando han estado poco tiempo al frente de una administración. Tanto Cuauhtémoc como Cuitláhuac han logrado sentar ese récord para la 4T.
Las encuestas nacionales señalan que este año, de las entidades donde habrá elecciones para gobernador, la oposición solamente tiene esperanzas —si acaso— en dos estados, yendo todas las demás a engrosar el territorio gobernado por Morena. ¿Descorazonador como dijo Marko Cortés? Sí, pero solo en parte.
Las razones por las cuales Morena va arriba se basan en la popularidad de López Obrador y también en que sería la primera vez que dicho instituto político llevaría las riendas de esas particulares entidades. Pero si resultarán victoriosas figuras tan zafias y miserables como las de Morelos y Veracruz, esas entidades y todas las que hoy gobierna Morena dejarán de pintarse de guinda muy pronto (nuevamente, siempre y cuando no se instaure un gobierno autoritario que incline los comicios a su favor).
‘Por sus frutos los conoceréis’, reza el refrán. Y es cierto, los frutos que están dando Cuitláhuac y Cuauhtémoc son terribles. Y es que así gobierna la Cuarta Transformación, estimados lectores. El país lo está resintiendo; los números y acciones no mienten.
Verónica Malo en Twitter: @maloguzmanvero