Hace prácticamente un año escribí en este mismo espacio que la entonces secretaria de Energía Rocío Nahle, perfilada ya para ser la candidata a la gubernatura de Veracruz, debería primero sortear con éxito el golpeteo político proveniente no sólo de la oposición sino también del interior de su propio partido. Esto porque en aquellos meses la efervescencia pre electoral desató las ambiciones de muchos que se creyeron con tamaños para disputarle la candidatura, y que comenzaron una campaña de fuego amigo en contra de Nahle, de ésas que se supone están prohibidas en Morena.

Doce meses después, luego de que Nahle ganara 3 de las 4 encuestas levantadas en el proceso interno de Morena y se convirtiera en la nueva coordinadora estatal de defensa de la 4T, casi todos aquellos acelerados optaron por bajarle dos rayitas y sumarse al proyecto de Rocío, no vaya a ser que cuando quieran subirse al tren, no el Maya sino el jarocho, ya no encuentren asientos disponibles y si bien les va, tengan que viajar de pie.

En contraste, la oposición en Veracruz ni suda ni se acongoja, principalmente porque a duras penas sobrevive luego de las palizas electorales de 2018 y 2021, cuando fueron prácticamente barridos del congreso local y perdieron la mitad de los ayuntamientos que saqueaban, perdón gobernaban. Están más ocupados en mantener el registro y conseguir alguna que otra diputación local, que en la pelea por la gubernatura, la que según todas las encuestas tienen perdida de antemano.

Y es que ni el PRI ni el PAN tienen entre sus filas a ningún personaje con el peso político suficiente para hacerle frente a Nahle. El PAN veracruzano apenas se está recomponiendo luego de ocho años de estar secuestrado por el clan Yunes, hoy en franco declive aspirando apenas a una senaduría. El rostro panista más conocido hoy por hoy es el senador Julen Rementería, a quien la propia Rocío en su momento hizo pedazos en una de sus comparecencias ante el Senado. Pólvora mojada es Julen, y tal vez porque él mismo lo sabe, decidió bajarse de la contienda hace unos días.

Por el lado del PRI las cosas no pintan mejor. Qué tan mal andará el tricolor que decidió mandar como candidato a José Yunes Zorrilla, el mismo candidato que postuló en 2018 y que obtuvo un vergonzoso tercer lugar con apenas el 14% de los votos, aplastado por Cuitláhuac García y bastante lejos del panista Miguel Ángel Yunes Márquez, el que se soñó heredero de la gubernatura que su papá ejerció por dos años. Todo indica que Pepe Yunes va que vuela para su segunda derrota al hilo en su búsqueda de gobernar Veracruz.

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Por supuesto que Nahle no debe confiarse. Aunque los números la favorecen (en promedio, 25 puntos porcentuales de ventaja sobre la oposición, según las encuestas), debe empezar a tejer fino: no solamente actos masivos con la militancia del movimiento como en estas semanas de precampaña; con la campaña formal vendrán las reuniones cerradas con los distintos sectores de la sociedad veracruzana: académicos, empresarios, estudiantes, colectivos feministas, y un largo etcétera, para escuchar de viva voz las necesidades y peticiones particulares que estos grupos le planteen, y a su vez presentarles las propuestas que ha diseñado para ellos.

Adicionalmente, Rocío deberá encontrar un equilibrio entre la proverbial apertura de Morena para recibir a todos los que quieran sumarse, sin importar de dónde provengan, y la pléyade de chapulines, oportunistas y busca-chambas que ya se están acercando y en algunos casos colando hasta la cocina del equipo de campaña, lo que en no pocos casos ha levantado las cejas de la militancia de base, que asiste con azoro a esta rebatinga por tomarse la foto, ocupar una silla en el templete, y por supuesto agarrar algún cargo en la próxima administración estatal.

Lo cierto es que con todos ellos -y contra todo ello- deberá buscar Rocío su propio camino rumbo a Palacio de Gobierno de Xalapa. Parece una meta que ya estuviera en la bolsa, pero quienes conocen a Rocío saben que no es una mujer que guste confiarse o echar campanas al vuelo; lo suyo es el trabajo intenso, meticuloso, la cocina política en su más puro estilo. Hoy por hoy, no parece tener rival en el horizonte. En su trayecto a la gubernatura, va en caballo de hacienda.

X: @Renegado_L