“Las banderas sólo deben izarse si están prohibidas, de lo contrario no son más que adornos y reclamos para hoteles y embarcaciones.”
ROSA REGÀS
“Nuestra bandera no es un símbolo de un partido político porque ha de serlo de todos; no es un símbolo de la derecha ni de la izquierda porque ha de ondear en todo el espectro ideológico constitucional; no es un símbolo de los militares, aunque la custodian y la honran, sino también de los civiles.”
JOSÉ BONO
Avisados estamos. López Obrador decidió que la bandera monumental del Zócalo de la capital de la República no será izada este domingo 19 de mayo, pues no quiere que la “marea rosa”, donde hablarán Xóchitl y Taboada, la tenga. ¡Qué bárbaro! Como si por encerrarla dejara de ser de todos…
¿Su pretexto? Además de baladí, uno típico de la cerrazón, la intolerancia y la obsesión por dividir a los mexicanos. No está bien que una persona se apropie de los símbolos patrios. El verde, blanco y colorado son de todos. Lo hizo (lo ha hecho) el PRI y nunca fue correcto. En su momento, luego de haber militado en ese partido durante años, el propio AMLO criticó que el Revolucionario Institucional fuera el “tricolor”. Ya ven ahora…
Ya chole su cansina canción; decir que las bardas que cercan Palacio responden a los conservadores. ¿De dónde saca esas historias? ‘El león cree que todos son de su condición’; tantos años siendo un porro violentador…
Él es quien se atrinchera en Presidencia; tampoco esa la quiere entregar, ni siquiera a Claudia.
Así que volvemos al meollo de este asunto: tenemos un presidente pusilánime y rencoroso. Pretende ir más lejos que Luis XIV (El Estado soy yo) a un “todo México es mío”, incluyendo sus lábaros patrios.
La bandera se la presta a Claudia Sheinbaum. Seguro en su evento de cierre en el Zócalo ahí estará, izada, tal y como estuvo en el arranque de campaña…
La bandera es mi bandera, tu bandera, nuestra bandera. La bandera de todos, por la cual se ha peleado y la que, más allá de ideologías y politiquerías, nos une a todos.
López Obrador ha cometido un error garrafal, casi tanto como el “ya cállese chachalaca”, primigenia razón por la cual perdió las elecciones del 2006. El haber hecho suya la decisión de izar o no la bandera muestra a Morena en plan de soberbia absoluta y egoísmo mezquino. Mucha gente que podía seguir simpatizando con él y con su candidata, saben que con los símbolos patrios no se juega ni se ponen en la cancha de la politiquería barata.
Para su pretexto: “cuando hay protestas no se iza o arrea el lábaro patrio para no caer en provocaciones”. Una simple solución: que no la arreen el sábado y así no tendrán que “sufrir” la monserga de izarla a las 6 am del domingo. Eso sí, que no nos venga con que respeta la ley y que por eso la arrean el sábado…
Y algo más, Xóchitl le mandó una carta solicitándole “con la firmeza de mi respeto” que el domingo esté izada nuestra bandera. Si López Obrador no la manda a izar, pasará como un cobarde que tiene miedo a la fuerza de la candidata de oposición. Si la iza, también mostrará lo equivocado de su decir. Él mismo se puso en la encrucijada.
El domingo la bandera podrá o no estar izada. Pero en los corazones de todos los asistentes, la bandera estará ondeando con toda su fuerza y gallardía. Y mientras tanto, sí, López Obrador verá una marea rosa que se pinta de verde, blanco y colorado, como el corazón de todos los mexicanos.
Giro de la Perinola
- En Estados Unidos los políticos también dan argumentos más que tontos, como el del alcalde de Nueva York. Su ocurrencia: contratar a migrantes como socorristas de playa, pues según él son “excelentes nadadores”. Vaya forma de ironizar a costa de los migrantes, muchos de los cuales han muerto en el intento de cruzar el río Bravo o nada el Mar Caribe para llegar a Florida.
- López Obrador se ufana de saber mucho de historia. Que recuerde la revolución de los claveles (Portugal, abril de 1974), la tropa se sublevó ante la injusticia, los generales que secundaban al poderoso y el gobierno dictatorial. La población se unió a la tropa y el gobierno cayó de forma pacífica. El pueblo (también el pueblo militar) se cansa de tanta pinche transa.