Doña Blanca está cubierta
De pilares de oro y plata
Romperemos un pilar
Para ver a Doña Blanca
¿Quién es ese jicotillo
Que anda en pos de Doña Blanca?
Yo soy ese jicotillo
Que anda en pos de Doña Blanca
Ronda infantil
¿Lo han notado? Apuntadísimo; el primero en la lista.
Arturo Zaldívar trae su agenda; busca los reflectores y está en ellos. Sabe cómo acompañar a López Obrador y a la 4T cuando —y si— le conviene, pero no tiene el menor empacho en ir por la libre cuando sus planes lo requieren.
El presidente de la SCJN se apunta para la grande con diferentes pronunciamientos, posicionamientos y apariciones —o desapariciones—, y ahora también a través de todas las redes sociales, estrenándose en TikTok apelando a las juventudes. Pero, sobre todo, con su habilidad para alargar, acortar o resolver asuntos según lo que dicten sus intereses políticos, que no jurídicos.
El ejemplo más claro fue la falta de definición al respecto de la reforma que extendía su periodo como cabeza de la Suprema Corte. El personaje dijo que su silencio era en aras de respetar tiempos y procesos. La verdad es que solo capitalizaba estar en el ojo del huracán y le convenía no ponerle un alto a tiempo a tanta especulación. Ya que vio que la percepción popular no apoyaba la propuesta, decidió salir a decir claramente que no la aceptaría.
La reunión
Pero la última movida es todavía más burda: reunirse con algunos de los científicos, académicos y funcionarios acusados por la FGR y el CONACYT. Mucho se cacareó este par de días sobre la interacción del ministro con ellos y al respecto de que Zaldívar prometiera que, llegado el caso a la SCJN, esta será imparcial (uno supondría que no habría necesidad de aclarar esto último, pero bueno…).
¿Por qué pronunciarse sobre algunos asuntos antes de que estén en “la cancha” de la corte suprema?
Algún despistado podrá pensar que la reunión con los científicos era para ayudar a López Obrador a que no continuara creciendo el descontento con el régimen por parte de esa comunidad. Considero que no es la razón de lo realizado por el ministro; el constitucionalista se mueve en base a su agenda política de cara a contender por el 2024. Y me atrevo a pensar que incluso sin el aval presidencial…
Tan es así que, en cuanto se supo de la reunión que sostuvo con dichos científicos, casi de inmediato Jesús Ramírez salió como pocas veces lo hace en Twitter a descalificar —si bien veladamente— dicha reunión. Lo hizo dando una larga lista de motivos por los que los expertos académicos son investigados. Un hilo con más de doce publicaciones es raro en el coordinador de comunicación social de Presidencia.
Así, el hoy presidente de la Suprema Corte supo leer que una importante parte de la población no está contenta con lo que aparenta ser un claro acoso a académicos, mientras que Ramírez le cuestionó el haberse “movido” sin autorización del ejecutivo. El resultado: punto para Zaldívar.
Al respecto de todo esto vale la pena apuntar un dato histórico: en México, el único titular del ejecutivo federal que antes fue presidente de la Suprema Corte se llama Benito Juárez. Logró esta hazaña porque la Constitución así lo disponía; en caso de falta del ejecutivo federal, el presidente del poder judicial se convertiría en presidente de la República… En otras palabras, Juárez no tuvo que hacer campaña o pasar por las urnas.
2024
Pero volviendo al tema, no discuto si el que la cabeza de un poder de la Unión contienda para ocupar el mismo puesto en otro poder sea un acto legal, democrático, moral o ético. Solo señalo que no debe perderse de vista que este torvo personaje construye ya desde ahora muy cuidadosamente su candidatura para el 2024.
Estira o encoje asuntos en función de sus intereses. Una suerte de Ricardo Monreal remasterizado, pero indudablemente con mucho mayor peso por ser la cabeza de la SCJN. Leal y traicionero a AMLO al mismo tiempo, como lo demostró con la pregunta cantinflesca que finalmente se aprobó para la consulta popular con objeto de “enjuiciar” a los expresidentes.
El señor ministro escoge sus temas y trabaja en pos del 2024. Y de todos los demás suspirantes (Ricardo Monreal, Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Ricardo Anaya, Adan Augusto López, Enrique De la Madrid, Enrique Alfaro, etcétera) es él, sin duda, quien más construye su candidatura.
No lo perdamos de vista: Arturo Zaldívar ya se apuntó para el 2024 y labra camino diariamente.