Se dice de mí

Se dice de mí

Se dice que soy fiera

Que camino a lo malevo

Que soy chueca y que me muevo

Con un aire compadrón…

Se fijan si voy

Si vengo o si fui

Se dicen muchas cosas

Mas si el bulto no interesa

¿Por qué pierden la cabeza

Ocupándose de mí?

Tita Merello

Ante la participación estelar de Martín López Obrador, la mejor defensa ideada por la 4T es lanzarse en contra de Ildefonso Guajardo. Sí, van dos hermanos del presidente que se les revela recibiendo dinero de forma clandestina, a las escondidas; grabados ambos diciendo que ese dinero es para Andrés Manuel. Y aunque eso es tipificado como delito en nuestro país, hasta ahora no se ha instruido ninguna investigación sobre ellos. Y tampoco la habrá.

A cambio, la administración federal nos regala una acusación en contra de Ildefonso Guajardo; aquel funcionario honesto de épocas en las que aparentemente estos escaseaban (sexenio de Enrique Peña Nieto).

De los pocos funcionarios al que no se le conoció por soberbia o ruido innecesario. Por lo que haberse lanzado contra otro político del pasado sería bastante creíble, pero hacerlo contra Guajardo efectivamente huele a persecución política.

Pero razones sobran para los morenistas: tal vez porque recientemente estuvo de asesor del candidato del PRI a la gubernatura de Nuevo León; quizá porque será diputado federal y ya anunció que él no guardará silencio sobre los atropellos e ineficiencias de la presente administración federal; o debido a que la acusación sobre enriquecimiento ilícito no se ve, como sí se ven más de 23 casas en del director de la CFE y 10 casas con un salario de maestros universitarios conseguidas en menos de diez años de la ex secretaria de… ¡la Función Pública!, o mejor aún, para quien logró fundar un partido y ser presidente de la república teniendo como único patrimonio un billete de $200 pesos.

¿Financiamiento ilícito a Morena? La aplanadora del Estado requiere una buena cortina de humo ante la acusación manifiesta contra el hermano menor del presidente.

Así, la vinculación a proceso para Ildefonso Guajardo sustentada en la venta de una propiedad que le fue heredada y cuya diferencia fue aclarada antes las autoridades fuera de tiempo. Diferencia que suma dos millones de pesos luego de 40 años de vida profesional.

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Error haber enfocado las baterías contra Ildefonso Guajardo, teniendo tantos “prospectos”, exfuncionarios, pero también servidores públicos de esta administración que tienen larga cola que les pisen.

Ante tamaña acusación, la misma Fiscalía tuvo que negar que se trate de persecución política, pero como en política no existen las coincidencias, los tiempos en que hicieron público el caso hacen ver que sí se trata de una. Es, además, a sabiendas de que solo sirve de ruido mediático, y que no pasará nada. Total, eso ya lo hemos visto mismo con Emilio Lozoya, ex director de Pemex, de quien teniendo todas las pruebas en su contra y una confesión de culpabilidad, sigue en libertad.

Posiblemente en el ejecutivo federal están copiando el modelo señalado por Peña Nieto contra Ricardo Anaya…

Mientras, los videos de los hermanos Pío y Martín López Obrador pueden ser tipificados —conforme al código penal— como lavado de dinero, peculado, recursos de procedencia ilícita, vemos la inquina contra Guajardo. Así, la ética y combate a la corrupción por parte de la 4T. La impunidad otorgada a los familiares de López Obrador, pasa por todos quienes han recibido dinero de forma poco clara o secreta y que siendo corruptos no se les llama así.

Faltan por mencionar los que no han dado dinero, pero han permitido corruptelas, compras sin licitar y quienes con su silencio permiten que la FGR sea encabezada por un plagiario al servicio de Palacio Nacional y de intereses personales.

Es muy posible que la imputación contra Ildefonso Guajardo se les regrese; la que no resulte un impulso al discurso de ‘la honestidad valiente’. Porque es cierto: ¿cuántos perseguidos del sexenio de Felipe Calderon o de su sucesor, todos sin cárcel, se requieren para dejar de creerle a López Obrador?

La honestidad valiente solo alcanza para cubrir a los corruptos de casa, a los demás, se les otorgará una persecución simulada.

Y si se trata de un exfuncionario honesto, trabajador y hoy legislador electo de oposición, se le dará trato de perseguido político. Toda la fuerza del Estado contra él. El lopezobradorismo lo tiene todo al revés.