“Amigo que no es leal, y cuchillo que no corta si se pierde poco importa”.

“Amigo soy leal, hasta salir al umbral”.

“La mujer buena, leal y con decoro, es un tesoro”.

Refranes populares

De acuerdo a datos finales de la autoridad electoral, el promedio nacional de participación en la consulta popular del pasado domingo fue del 7.11%, esto es: 6 millones 663 mil 208 ciudadanos en edad de votar acudieron a las urnas.

El estado donde más personas emitieron su voto fue Tlaxcala con el 11.5% de participación, mientras que la entidad federativa donde menos gente participó fue Chihuahua con un 3.2%.

La Ciudad de México, bastión de Morena, estuvo por arriba de la media nacional con un 10.1%, la quinta entidad donde hubo más participación.

Dicho porcentaje no debería tomarse como sorpresa. La votación en CDMX en favor del lopezobradorismo y sus causas es en general mayor al del resto de las regiones del país.

¿Se esperaba, entonces, más o menos participación en este ejercicio al resultante? ¿El SÍ fue muestra de que la población en general olvidó la tragedia de la línea 12 que hoy cumple 5 meses? ¿El núcleo morenista reaccionó al descalabro sufrido en las elecciones intermedia federal y local del 6 de junio? ¿Los operadores políticos dentro del movimiento político hicieron que sus huestes partidistas salieran a votar? ¿O la lectura es otra?

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Probablemente sea una mezcla de todo lo anterior y otros elementos.

Lo principal es que, una vez sosegadas las aguas de la tragedia y también de la votación donde se castigó la gestión central, principalmente, los ciudadanos de la “muy noble y muy leal” Ciudad de México decidieron salir a votar a apoyar a que se castigara a los expresidentes e, indirectamente, a la jefa de gobierno capitalino. Otros más quizá comprendieron que este ejercicio en particular y la definición que arrojara podía ser una puerta para juzgar también a los gobernantes presentes y futuros.

Y cabe aquí una pregunta: las personas que votaron ¿asistieron por Andrés Manuel o lo hicieron por Claudia? Sobre todo en razón de que el primero no se presentó en su casilla y ella sí se le vio ejercer su opinión.

Pero más allá de las especulaciones y los análisis serios que se pueden realizar, sí se debe considerar que el número de votantes en esta consulta para la CDMX, especialmente los que respondieron que sí (máxime que ya se conocen los porcentajes de votación por cada una de las alcaldías de la capital), constituye el núcleo duro de Morena.

Vale la pena ver el porcentaje por las alcaldías. Pues es singular en cada una.

Mientras la demarcación Miguel Hidalgo fue ganada por la oposición, al igual que Cuajimalpa, en las elecciones locales, fue de las alcaldías donde la votación fue más alta (10.18%) mientras que en Cuajimalpa fue la más baja. En Álvaro Obregón, que pasó a manos de “Va por México” y donde la alcaldía provisional saliente de la 4T se niega a iniciar las mesas de transición, la votación fue la segunda más baja con un 8.61%. ¿La población está cobrando la inquina demostrada contra Lía Limón o simplemente está harta de este tipo de iniciativas del presidente de la República?

En Xochimilco, donde hasta hace una semana se confirmó el triunfo de la 4T, la votación fue la cuarta más alta con un 11.47% de participación.

Cuauhtémoc, ex bastión morenista controlado por Ricardo Monreal, fue la décima segunda alcaldía que menos votos dio a la consulta, participando solo el 9.81% de su población (por debajo de la media de la Ciudad de México).

En Venustiano Carranza fue donde el mayor porcentaje de habitantes se acercó a las casillas, siendo del 12.19% la participación.

Todos los números y lugares de la votación importan, más donde las contradicciones con la votación del 6 de junio pueden tener importantes implicaciones para campañas electorales futuras, tanto del oficialismo como de las alternativas políticas.

Donde la ciudadanía votó en la consulta y a favor de Morena en las pasadas elecciones, pueden ser los lugares donde mayor número de morenistas están convencidos. Aún así, hablar de un 12.19% de la población es muy bajo para tomar decisiones, más aún para echar las campanas al vuelo.

La oposición tampoco debe hacerlo; finalmente, los ejercicios electorales sexenales, intermedios o locales no sin comparables con un llamado a pronunciarse en una consulta popular.

Todo lo anterior deberán considerar unos y otros estrategas de cara a la consulta de ratificación y revocación del mandato presidencial que se llevará a cabo el próximo mes de marzo a nivel nacional.

Por lo pronto una lección: AMLO no debe pedirle jamás a sus partidarios más leales un voto y una consulta si él mismo no participa. Que no espere más de los habitantes de la otrora ‘región más transparente’; salieron a votar, pero la lealtad con lealtad se paga.

Se ufanan de que la Ciudad de México es una de las entidades donde una mayor parte de su población salió a opinar en esta consulta popular, pero el bajo número de votación debe ser tomado en cuenta por la 4T, particularmente cuando el ejecutivo federal, viviendo en Palacio Nacional, prefirió no votar para demostrar su descontento.