Mira, si te vienen a contar algo de la bola
Yo no tengo la culpa, eh, no la tengo
Mira, te lo juro que yo no fui
Si te vienen a contar
Cositas malas de mí
Manda a todos a volar
Y diles que yo no fui
Consuelo Velázquez / Pedro Infante
Es delicioso dar con alguien que acepte las pequeñas ironías como expresiones de la mayor seriedad.
Aldous Leonard Huxley
Debido a la falta de mantenimiento y desazolve en algunos drenajes y distintos contenedores pluviales de la capital del país, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), se inundó ayer tras las fuertes lluvias registradas. Incluso ocasionó accidentes —no de gravedad, afortunadamente— entre empleados y usuarios.
{username} (@jp_561) September 17, 2021
No debiera ser normal que, cada vez que llueve en la Ciudad de México—así sea con fuerza—, sufra un daño la infraestructura y se inunden importantes inmuebles, como es el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Pero el fanatismo vuelve ciegos, sordos y mudos a los lopezobradoristas ante las incompetencias del gobierno federal, por lo que no tardan en darse a conocer —y tratar de imponer en la opinión pública— justificantes para lo que es a todas luces un mal desempeño e irresponsabilidad de las autoridades encargadas.
Le facilitaré el trabajo a la oficina de propaganda -perdón, de vocería— del gobierno federal. Gracias al ingenio de los internautas de redes sociales (a quienes en este momento doy crédito), los ‘otros datos’ de la Cuarta Transformación se podrían resumir en las siguientes afirmaciones que he seleccionado de Twitter y reformulado:
Miguel Torruco: “Bienvenido a México”.
Rocío Nahle: “Sí se inundó, pero en media hora se seca”.
Elizabeth García Vilchis: “No es falso, pero se exagera”.
Claudia Sheinbaum: “Es culpa del agua” (como de la tragedia de la Línea 12 del Metro, de los pernos).
Andrés Lajous: “Por austeridad ahorramos lo del mantenimiento del AICM”.
Myriam Urzúa Venegas (Protección Civil CDMX): “Es un montaje de Carlos Loret de Mola”.
Marcelo Ebrard: “Inundaron el @AICM_mx para que, al llegar, Nicolás Maduro se sienta como en Venezuela.”
Mario Delgado: “Con el PRIAN se inundaba más”.
Zoé Robledo: “Ese madrazo (el del trabajador accidentado en el AICM) se lo puso por órdenes de Felipe Calderón. Y el agua la desvío mi Lord Peña. Todo es un complot para detener el avance de la cuatroté”.
Jorge Arganis Díaz: “Hay que dejar caer el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México para que entonces sea inevitable usar Santa Lucía.”
Andrés Manuel López Obrador: “Fue el neoliberalismo haciendo de las suyas”.
Nadie nunca: “No se preocupen, para eso ya tenemos el nuevo aeropuerto”.
Y todos nosotros: “Espérense a la porquería que están construyendo. Santa Lucía va a terminar siendo igual o peor a todo lo que hacen los de la 4T… Si los actuales gobiernos —capitalino y federal— no puede ni siquiera dar mantenimiento a la infraestructura que ya existía, ¿alguien cree que podrán operar un nuevo aeropuerto? ¡Por favor!, seamos serios”.