Para el análisis, como siempre hay dos vertientes, la política y la de gobierno. La semanera de ayer por parte del gobernador Rubén Rocha Moya fue una lección de discurso y quehacer político, pero también una gran maniobra de gobierno.

Vimos a un mandatario más enérgico, su voz se escuchaba más fuerte que de costumbre. Le habló directo a los productores. Les puso nombre y apellido incluso.

Encajó el tema de la comercialización. Cuando ex gobernadores por sexenios se dedicaron a decir que la comercialización era un problema de la federación, Don Rubén salió a decir que es problema de él, y del estado. Que, si había reclamos para López Obrador, los hicieran también para él como gobernador. Definió el esquema primario para comercializar 1.8 millones de toneladas de maíz. Sería a través de Segalmex, y les ofrece garantías a los productores de 0 a 10 hectáreas. Primero los pobres y así será. La problemática comienza a ser atendida de raíz, que sea el mercado quien regule los precios, no los industriales.

Vimos a un gobernador hablando con franqueza y sinceridad. Preocupado y ocupado por el tema que le atañe. Respeta su investidura y asume la responsabilidad que le corresponde… pero estoy segura que le encantaría radicalizar acciones junto con los productores para mejorar las condiciones para la venta de su producto. Es una injusticia lo que industriales hacen año con año.

El plan de acción reflejado en el discurso de la semanera ha puesto al gobernador del lado de los productores. También un guiño de lealtad tremenda al presidente Andrés Manuel López Obrador a quien le agradeció en su cuenta de Twitter todo lo que ha hecho por los productores sinaloenses.

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Por lo pronto 13,359 productores pequeños ya tienen la certeza de precio y venta de su cosecha. El paso uno, está dado. Esta medida seguramente hará que industriales volteen a ver el mercado interno. Las reacciones de liderazgos agrícolas no se hicieron esperar, hubo quienes vieron con buenos ojos y esperan reglas de operación. Otros, solo quieren desestabilizar políticamente y mal informar al campesinado.

Ahora se ampara Cuén

“Siempre hay dos, un maestro y un aprendiz”

Y así actúan Cuén y Madueña. Maestro y aprendiz. Ambos juegan con el mismo manual. Actúan desde el desespero y al parecer, mal asesorados.

Donde tocan en la UAS, sale pus. La adquisición de 18 millones de pesos en tortillas en plena pandemia es mucho hasta para decirlo. Compras pulverizadas de manera sistemática para evadir licitaciones. La Universidad Autónoma de Sinaloa tiene mucho que explicar a las y los sinaloenses.

Justo cuando comienzan a salir los desaseos financieros de Casa Rosalina se da a conocer que Héctor Melesio Cuén Ojeda ha buscado un amparo para no ser detenido. El argumento es casi tan absurdo como el de su pupilo Jesús Madueña. Digo “casi” porque el maestro al parecer aprendió del error del actual rector, quien al parecer mintió descaradamente en su argumentación al juez para solicitar el amparo.

Aprendiz y maestro, están más que preocupados. Y el gobernador lo dijo bien, lejos de señalar persecución política, el rector, sobre todo, debe explicar muchas cosas. En mi opinión, creo que la auditoría debe realizarse si o si, y que existan consecuencias por ello.

La comunidad universitaria comienza a subir de tono su molestia, ellos marchan y realizan activismo y la cúpula universitaria es quien podría estarse llenando los bolsillos.

Vanessa Félix | Twitter: @vanessafelixmx