Sería sin duda la comida de la reconciliación. Y, desde luego, serían vinos mexicanos. Después de que gane la presidencia, lo que sucederá con enormes ventajas como afirman todas las encuestas serias de preferencias electorales, Claudia Sheinbaum deberá encabezar una campaña de cerrar heridas con tanta gente enojada.
Obviamente, Claudia no tendrá estómago para reunirse con tipejos incultos como su tocayo Claudio X. González, patrocinador de la guerra sucia contra ella y AMLO, pero seguramente ya como presidenta electa sí tendrá interés en hablar con gente preparada como los dos intelectuales más importantes de la oposición, ambos de edad avanzada pero que todavía darán guerra, al menos durante la mitad del próximo sexenio, Héctor Aguilar Camín y Enrique Krauze.
Tanto Aguilar Camín como Krauze —más el primero que el segundo— han publicado artículos para tratar de negar la realidad: que el arroz electoral ya está cocido y que, por lo tanto, Claudia será presidenta.
Lo del arroz cocido ellos lo han mencionado. Se relaciona con un refrán supuestamente mexicano, este arroz ya se coció. Significa que algo ya terminó. ¿Qué ha concluido, desde hace ya bastantes meses? La contienda electoral presidencial. La oposición seleccionó como su candidata a la persona más frívola que encontró, por lo tanto la que con mayor facilidad podía ser derrotada por la doctora en ingeniería en energía Sheinbaum, y ocurrió lo inevitable: que a un par de meses de las votaciones no exista ninguna duda de que la morenista será la titular del poder ejecutivo a partir de octubre de este año.
Hoy, en Milenio, Héctor Aguilar Camín se sigue haciendo bolas con una mentira y una verdad sobre las encuestas.
La mentira. Dice don Héctor que hay encuestas que le dan 70 puntos porcentuales de ventaja a Claudia Sheinbaum sobre Xóchitl Gálvez. Falso. En ningún estudio publicado aparece ese dato. La candidata de izquierda ha logrado enormes ventajas en ciertas mediciones demoscópicas muy bien realizadas, de hasta 52 puntos en la de De las Heras Demotecnia. Pero 70 en ninguna. ¿Tiene caso argumentar con embustes? Eso es indigno de un intelectual del nivel de Aguila Camín. Ojalá deje de hacerlo.
La verdad. Ha escrito Aguilar Camín que hay encuestas que reducen la diferencia entre Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez a 7 puntos porcentuales. Es así en la encuesta de México Elige, abiertamente patrocinada por la campaña de la alianza PRI, PAN, PRD. Por eso, porque sus directivos trabajan para Xóchitl, cada vez que viene al caso Ciro Gómez Leyva afirma en Radio Fórmula que ya no difunde los resultados de tal casa encuestadora —sí lo hace don Ciro, pero asegura que no, lo que es otro problema—.
Anoche vi en Twitter un video en el que, frente a Aguilar Camín, la experta Lorena Becerra decía que ella defiende las encuestas aplicadas en vivienda porque llegan a toda la población y que no le gustan otras, que llamó clasistas, como la de México Elige y una más financiada por el equipo de Xóchitl, la de Massive Caller. Según la señora Becerra, hasta hace unos meses encuestadora de Grupo Reforma, la metodología —por internet o telefónica— de tales encuestas favorece a la candidata que se supone es la preferida por la gente de clases medias. Podría ser, ya que la gente pobre cuenta con menos acceso a la telefonía y a conectarse en la web. Pero...
Lo cierto es que hay encuestas telefónicas de robot, como las de MetricsMx, que han sido tan precisas como las de vivienda, que dan ventajas de 40 puntos a Claudia. Pienso que los estudios de México Elige y Massive cucharean a favor de la la candidata X para tratar de quitarle lo cocido al arroz electoral. No lo consiguen, desde luego. Así que, desde ahora mismo, sugiero algunos arroces y algunos vinos para la comida de la reconciliación entre la presidenta Sheinbaum y los intelectuales Aguilar Camín y Krauze. Las recomendaciones las pedí al juez de vinos René Rentería.