Aún después de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París, México acumuló preseas en otro tipo de competencia.
En la ciudad de Neustadt, al suroeste de Alemania, del 29 de agosto al 1 de septiembre pasados, se llevó a cabo la 32ª edición del concurso internacional de vino MUNDUS VINI -uno de los más grandes del mundo-, en el que participaron 3,914 vinos de 39 países.
Tengo el privilegio de ser parte del jurado de este concurso desde hace dieciocho años y esta contienda fue mi 71ª participación como juez.
En esta justa internacional se pueden otorgar de acuerdo con el puntaje obtenido en las diferentes comisiones, medallas de plata, oro y gran oro. Para valorar los vinos, se forman diferentes comisiones de cuatro o cinco jueces de diferentes países.
De la treintena de vinos mexicanos que participaron en esta destacada contienda, solo ocho fueron galardonados y todos de la bodega más antigua de América ubicada en Parras, Coahuila: CASA MADERO. Pero la mejor noticia es que se logró la máxima presea del concurso, el Gran Oro con el vino Gran Reserva de uva Shiraz cosecha 2020. Dicho reconocimiento fue otorgado de unánimemente -en cata ciega, es decir sin saber qué vinos son-, en mi comisión integrada por jueces de Bélgica, Francia, Rumania, Grecia y México claro está.
Las otras etiquetas ganadoras de esta bodega mexicana se reconocieron en comisiones diferentes a la mía y fueron las siguientes:
Estas preseas son el fruto de años de trabajo. Felicito a todo el equipo de Casa Madero que estuvo detrás de la elaboración de los vinos premiados, dignos representantes de la enología mexicana, que hoy son reconocidos en el extranjero por su calidad.
