Hace 7 años Daniela Sánchez Martínez denunció ser víctima de violencia familiar por parte de su expareja y padre de su hija, “Rodrigo N”. El día 19 de abril de 2022 por fin, la Fiscalía emite la primera sentencia contra el agresor de Daniela, siete años tuvieron que pasar para que la Fiscalía la volteara a ver, después de que desde 2015 se presentó la primera denuncia contra el sujeto por haberla golpeado en vía pública, en aquella ocasión las autoridades arrestaron a “Rodrigo N”, pero dos días después lo dejaron salir.
Como en la mayoría de estos casos, Daniela no fue la excepción: las agresiones no cesaron, fue violentada las ocasiones en las que él visitaba a su hija. Ambas estuvieron viviendo casi medio año en un refugio, con temor por sus vidas.
El día 20 de abril, la Fiscal Ernestina Godoy, anuncia mediante un video como uno de sus máximos logros, el haber acreditado el delito de violencia familiar como motivo para la obtención de la sentencia en este caso, pero la Fiscal omite mencionar el gran rezago en la persecución y judicialización de las casi 9 mil carpetas de investigación que se abren cada trimestre en la Ciudad de México por este delito, de las cuales el 95% quedan sin justicia. SOLO HA SIDO UN CASO DE “ÉXITO”, ENTRE CASI 9000 CARPETAS DE INVESTIGACIÓN. UNO.
El Observatorio Nacional Ciudadano posicionó a la Ciudad de México como segundo lugar a nivel nacional en cuanto a violencia familiar, siendo este delito de los más denunciados y de los menos atendidos y perseguidos, ya sea por falta de profesionalismo, muy deficiente capacitación a los Ministerios Públicos o desinterés general por parte de las autoridades por atender esta problemática.
Es por lo anterior, que tan “triunfal” anuncio realizado por la Fiscal Godoy, está muy lejos de ser un motivo de orgullo o celebración, el contraste con la realidad de los datos de incidencia en el delito de violencia familiar nos muestra que su anuncio es más bien, una expresión de incompetencia de las entidades del actual gobierno que procuran la justicia.
Hace mucha falta profesionalizar, legislar, otorgar herramientas a las mujeres que han sido violentadas, la Ciudad parece no voltear a vernos, presumen que con un caso de supuesto “éxito”, nos han hecho el favor de escucharnos, las cifras de violaciones, desapariciones, casos violencia de género no cesan, y LAS DENUNCIAS NO SON ATENDIDAS.
En diversos medios, Daniela ha expresado su inconformidad con la sentencia que le fue otorgada a su violentador, expresa que si bien es un avance en materia de defensa hacia las mujeres, no es equitativa por todas las terribles experiencias que tuvo que enfrentar: la revictimización que vivió durante estos años por parte de las autoridades, el miedo a su agresor, los dictámenes psicológicos que tuvo que acreditar como parte del proceso, los días que estuvo bajo el sol con sus compañeras manifestándose pacíficamente afuera del Reclusorio, los años que estuvo ignorada hacen que esta sentencia sea “HISTÓRICA, PERO NO JUSTA”.