Puedes odiar, amar o sentirte indiferente ante las acciones del presidente ruso Vladimir Putin. Puedes estar de acuerdo o no con la “acción militar especial” o invasión de un territorio ucraniano lleno de neonazis adoradores de Stepan Bandera y de mercenarios de la OTAN, pero lo que no se puede negar, con un poco de frialdad es que es un mandatario con más capacidad de análisis que los endebles dirigentes del autoproclamado “mundo libre”.

Putin señaló algo que para los que habitamos el “sur global” es obvio: que el dominio del supuesto “billón dorado” (los mil millones de habitantes de los países del “mundo libre”, que ni es libre, ni es todo el mundo) es algo injusto.

El presidente de Rusia consideró que esta distinción divide a los humanos entre personas “de primera y segunda clase”, así que se trata de una distinción “esencialmente racista y neocolonial”, lo cual es también correcto.

Vladimir Putin se lanza contra “Occidente”

Vladimir Putin agregó que “Occidente” (en realidad, Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Reino Unido, Canadá y los aliados de la Unión Europea, más Japón), “no debe acusar a (Rusia) de todo lo que sale más en sus países”.

El mensaje va con especial dedicatoria al mandatario con deficiencia cognitiva severa, Joe Biden, quién tuvo la ocurrencia junto con su equipo de llamar al aumento de precios en Estados Unidos, producto de sus fallidas políticas económicas y bélicas a nivel mundial, “El aumento de precios de Putin”.

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La realidad es que los problemas enfrentados por millones de personas en Occidente son el resultado de “muchos años de acciones por parte de la élite gobernante”, agregó.

Haría falta una gran capacidad de reflexión y autocrítica para analizar y aceptar las verdades que canta una figura tan divisoria como Vladimir Putin, pero como dicen por ahí: la verdad no peca, pero incomoda.