En innumerables ocasiones lo he comentado: si la industria aérea es una de las más seguras, es debido a una larga cadena de tareas y responsabilidades que se tienen debidamente asignadas, las cuales todos deben observar y cumplir. Son muchos procedimientos, y ninguno se deja al azar.
Con la llegada de Guillermo Laguna -quien antes prestase sus servicios para la industria cinematográfica-, las ocurrencias en la aerolínea son el pan de cada día. De manera constante he tenido comunicación con mis compañeros sobrecargos, y se quejan de todo lo que les solicitan que hagan durante el vuelo, pues pone en riesgo la operación.
A Guillermo Laguna le parece una excelente idea crear “experiencias en los clientes”, y eso en teoría no debería tener nada de malo, pues en la actualidad no solo es brindar un servicio, en este caso de transporte del punto A al punto B, sino sumarle una experiencia agradable al pasajero con miras de que vuelva a volar en la aerolínea, hasta ahí todo bien y nada censurable.
Y eso se puede con calidad y calidez en el servicio; pondré de ejemplo a Mexicana de Aviación, ya que fue referente con los miembros de la “Star Alliance”. Incluso vinieron de Lufthansa a aprender de “calidez en el servicio”. Eso se logra tratando a los pasajeros con amabilidad y con una sonrisa, no haciendo ridiculeces como a las que son obligados los sobrecargos de Volaris.
El pasado día de muertos, en su afán de “agradar” a los jefes, un sobrecargo montó una ofrenda en una de las puertas del avión. El objetivo de esto es crear publicidad gratuita a través de los sobrecargos, quienes “tienen que pensar fuera de la caja” y realizar las 5D´s -que son 5 detalles al mes-, y van desde adornar los carritos con alguna temática, hacer algún concurso a bordo, e incluso llevar sus propios instrumentos musicales y cantar.
Todo en aras de que las fotografías y videos se suban a las redes sociales y funcionen como publicidad gratis para la compañía aérea; además de obligarlos a vender tarjetas de crédito a bordo. Todas estas payasadas ponen en riesgo la operación.
Me explico: el compañero en aras de complacer a sus jefes y hacer notar que él sí cumple con los 5D´s, montó sobre una de las puertas un altar de muerto. Le tomó una fotografía que tituló “Un altar de muertos de altura 39 mil pies”.
Sin duda un título ingenioso, pero para quienes hemos sido sobrecargos sabemos que no se puede colocar absolutamente nada en la puerta, incluso había quien ponía su bolsa ahí colgada y era motivo para sancionar a la compañera, pues las salidas de emergencia, no importando la fase del vuelo deben ir despejadas.
Por supuesto que cuando me hicieron llegar la fotografía sobre el altar de muertos, lo primero que hice fue escribirle a Enrique Beltranena CEO de Volaris, a quien le dije textual:
“de verdad, no vulneren la seguridad de los vuelos. Los sobrecargos NO SON PAYASOS, son personal de seguridad a bordo y este tipo de cosas no atrae a más pasajeros.”
Ximena Garmendia
Y en mi página de Sobrecargo Informa también subí la imagen con el siguiente texto:
“Sabemos qué #Volaris y su jefe procedente de Cinépolis -la mente detrás de las 5D’s- estará muy contento, pero de seguridad no sabe nada. Y queda demostrado con esto, No compañeros, por su propia seguridad, esto NO ES CORRECTO, están vulnerando la operación.
Esto lo voy a denunciar a la #AFAC porque una cosa es “pensar fuera de la caja” y otra hacer este tipo de tonterías que ponen en riesgo a todos, pasajeros y tripulantes.”
Ximena Garmendia
En efecto, hice mi denuncia ante la Agencia Federal de Aviación Civil del país; de por sí estamos degradados a Categoría 2, y este tipo de actos no abona a la recuperación tan indispensable, sobre todo ahora que Volaris justamente está sufriendo un recorte en sus operaciones saliendo del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
Una persona que jamás ha volado como tripulante, no entiende la importancia de la seguridad aérea, y mucho menos se ha empapado de la Ley de Aviación Civil de nuestro país. No ve nada malo en montar una ofrenda de muertos “de altura”, sin embargo, los hechos y las leyes hablan por sí mismas.
No es que yo tenga algo en contra de los directivos de la aerolínea Volaris, al contrario, me da gusto el crecimiento que están obteniendo, trayendo nuevos equipos y aumentando la flota a nivel nacional, pero en cuestiones de seguridad, siempre estaré atenta a que se cumplan todas.
A tal grado llegó la queja que la empresa de aviación Volaris sacó una circular dirigida a sus sobrecargos, que dice:
“CIRCULAR INFORMATIVA 26
Dirigida: A todos los Jefes de Cabina y Sobrecargos
Reforzamiento Temas de Seguridad y Servicio
Antecedente: El pasado 2 de noviembre a bordo de uno de nuestros vuelos se suscitó un tema que disfrazado como 5D/activación puso en riesgo la operación del vuelo.
En la Circular 19 en el objetivo hablamos sobre la importancia de concientizarnos y cambiar el “No pasa nada”, por el “¿Y si?”
Es muy importante recordar que se pueden presentar situaciones de emergencia en cualquier momento, por ejemplo:
• Turbulencia en aire claro
• Despresurización explosiva
• Emergencia súbita
• Descenso de emergencia
Razón por la cual no debemos descuidar ni omitir nuestros procedimientos de seguridad, mantener las salidas de emergencia sin obstrucciones, cabina de pasajeros libre de obstáculos, equipaje de mano perfectamente guardado y asegurado, galley’s asegurados en todo momento, monitorear la cabina de pasajeros con la finalidad de que ellos se sientan seguros, acompañados y observados.”
Circular informativa 26, Volaris
No es juego, estimados lectores, la seguridad nunca se debe vulnerar, y no se puede brindar un servicio de calidad si no se antepone el cabal cumplimiento de los procedimientos establecidos.
La idea “errónea” de los detalles en Volaris, en su mayoría compromete la seguridad de la operación, por lo tanto, lo mejor que podría hacer Enrique Beltranena, y sus directivos, es proporcionarle a los sobrecargos las herramientas necesarias para brindar a bordo un servicio de calidad; eso vale más que andar como locos tratando de vender a bordo alimentos y bebidas, tarjetas de crédito, bailar y cantar para entretener al pasaje y finalmente lo más absurdo, decorar los carros de servicio.
Por eso es importante conocer a fondo cómo funciona la aviación, los múltiples procedimientos que existen para ser una de las industrias más seguras, es el transporte más seguro del mundo y debe de seguir así, siempre y cuando no se le ocurra a alguien pensar que en un ambiente artificial pueden hacer lo mismo en tierra.
Y esto lo traigo a colación porque el mismo sobrecargo “queda bien”, ya con anterioridad ha vulnerado la seguridad del vuelo, prendiendo unas velas para un pastel de cumpleaños. El oxígeno que se tiene a más de 35 mil pies de altura es artificial, y encender una vela es la peor estupidez; se advierte que el oxígeno acelera la combustión y una chispa puede desencadenar una desgracia… y todo por dar un “5D´s” mejor conocido como “detalle”.
La seguridad aérea no está a contentillo de nadie, son reglas que se tienen que seguir, protocolos que se cumplen a rajatabla, no hay espacio para la improvisación, la aviación es y será siempre muy cuadrada. Los sobrecargos son personal de seguridad a bordo y su principal función es brindar auxilio a los pasajeros en una emergencia, ya sea con tiempo o súbita, así como dar primeros auxilios en caso de requerirse. Todo lo demás, está de sobra.