Que sí van. Va por México surgió en 2021 como una alianza legislativa para evitar que las reformas propuestas por el presidente de la República se aprobaran “sin mover ni una coma” y sin tomar en cuenta las opiniones, sugerencias o propuestas de las organizaciones sociales o de los diversos grupos legislativos, incluyendo a la propia alianza morenista, que solo tienen la consigna de levantar el dedo.
Después, para las elecciones intermedias de 2021, Va por México consolidó algunas alianzas electorales con las que alcanzaron importantes triunfos, entre ellos, arrebatar a Morena y sus aliados la mayoría calificada en la Cámara y la hegemonía en la CDMX, logrando ganar más de la mitad de las alcaldías.
Mostraron músculo
Al reunir a las principales figuras de los tres partidos que la conforman, así como a integrantes de la sociedad civil, senadores, diputados federales y mandatarios estatales del PAN, PRI y PRD, e inclusive a representantes de Morena y Movimiento Ciudadano, además de líderes sindicales y empresariales, la presentación del Cuarto Informe de Gobierno del gobernador panista de Yucatán, Mauricio Vila, permitió mostrar su potencial a la recién anunciada alianza opositora.
Ahí estuvieron Marko Cortés, Alejandro Moreno y Jesús Zambrano, dirigentes nacionales de PAN, PRI Y PRD, respectivamente; los senadores Julen Rementería, Lily Téllez, Xóchitl Gálvez, Kenia López y Damián Zepeda, y los morenistas Olga Sánchez Cordero y Raúl Paz Alonzo, Miguel Ángel Osorio Chong, Jorge Carlos Ramírez, Beatriz Paredes, y el perredista Miguel Ángel Mancera; entre los diputados que acudieron se pudo ver a la panista Cecilia Patrón Laviada, el priista Rubén Moreira, el emecista Jorge Álvarez Máynez, y el perredista Luis Espinoza Cházaro. Fueron también Daniel Becker, presidente de la Asociación de Bancos de México, el líder sindical de Catem, Pedro Haces y los ex gobernadores panistas Martín Orozco Sandoval, Carlos Mendoza, Miguel Márquez, Francisco Domínguez y Mauricio Kuri. Los ex secretarios federales Enrique de la Madrid, José Antonio Meade y el presidente de Canacintra, José Antonio Centeno.
De forma natural, el encuentro que albergó a los aspirantes a la presidencia de las tres fuerzas políticas brinda una señal muy alentadora, la posibilidad de que se logre conformar un verdadero gobierno de coalición. Una alianza plural y democrática en torno a un proyecto de nación y no de una persona.
2018
La alianza electoral de 2018 se construyó en torno a la figura de Andrés Manuel López Obrador quien, por mucho tiempo, supo explotar las carencias, defectos y deficiencias de los gobiernos del PRI y del PAN, sobre todo en temas de corrupción e inseguridad.
A AMLO no le importó atraer a la carroña política, a los que habían sido desplazados de sus partidos por corruptos, mafiosos o ambiciosos de poder, así la alianza que lo llevó a la presidencia y que conformó a Morena, partido que él creó en 2013, se nutrió de personajes de poco o nulo prestigio político y moral, del cascajo del PRI, del PAN y del PRD, en alianza con partidos que por su naturaleza eran totalmente antagónicos, como el partido de ultraderecha y orientación cristiana Encuentro Social (PES) y su antítesis, el PT, que se supone de ultraizquierda, o el PVEM, una institución política que cambia de bando según convenga a cambio de posiciones políticas, contratos y prebendas.
Con esa alianza AMLO literalmente arrasó en la elección de 2018 y, aunque su triunfo fue contundente e histórico, una cosa es la elección y otra muy distinta, el ejercicio de gobernar y en esto último, AMLO está perdiendo estrepitosamente.
Dos de los temas que explotó hasta el cansancio, la corrupción y la inseguridad, le explotan en la cara. Su gobierno no ha tenido la capacidad de combatir ni mucho menos detener estos flagelos y, por el contrario, se han incrementado. No hay resultados en prácticamente ningún rubro y la pobreza, la educación y el sistema de salud, se encuentran en crisis.
Un buen momento
Va de viento en popa el anuncio de Va por México, falta establecer un sistema de selección de candidatos que recupere el papel de los partidos y devolver a la ciudadanía el poder de elegir, entre las mejores opciones a sus gobernantes e incluso el establecimiento de elecciones primarias.
Una alianza encabezada por quien represente un mejor proyecto para México y proponga la integración de un gabinete que reúna a los mejores ciudadanos significa mucho más que una estrategia para conjuntar votos, es democracia, es elevar el nivel de la competencia electoral y salir de una vez por todas del juego de un solo hombre que, al final, como ya vimos, le dio la espalda al pueblo.
Twitter: @diaz_manuel