Se dice que una imagen vale más que mil palabras...
La objetividad que capta el lente de una realidad inmediata ofrece al espectador la oportunidad de reflexionar y discernir sobre una ilustración que el fotógrafo deja en reposo, en espera de reacciones que animen a explorar más allá de una simple imagen.
La fotografía en el periodismo siempre ha tenido un papel relevante, ya que es el punto de vista genuino que sin palabras expone la calidad de un personaje o acontecimiento y su impacto que deja o debe dejar en la sociedad.
Este es el contexto que le doy al fotoperiodismo y fotografía documental World Press Photo, cuya imagen ganadora este 2024 evoca a uno de los hechos más terribles y condenables en la historia: El genocidio en Palestina.
El World Press Photo define que su misión es la de “promover la excelencia en el fotoperiodismo y fomentar el entendimiento global a través de la narración visual”.
La imagen galardonada como la foto del año fue tomada por el fotoperiodista palestino Mohammed Salem y en ella se observa a una mujer sumida en el cuerpo amortajado de una niña de la Franja de Gaza que acaba de morir, víctima de las bombas que Israel ha lanzando sobre el pueblo palestino desde octubre de 2023.
El panorama de la imagen de Reuters está puesto para que las miradas solo se centren en dos personajes a quienes no se les observa el rostro, cuyo ángulo nos recuerda a la escultura de Miguel Ángel, creada en 1499, llamada “La Piedad”, que es parte de las obras del Renacimiento italiano.
La creación de Miguel Ángel representa el momento en el que con una mirada triste, la virgen María contempla en su regazo el cuerpo inerte de Jesucristo que acaba de ser bajado de la cruz. Un escultura que muestra el horror y sufrimiento que pasó María en la pasión y muerte de su hijo.
El dolor de aquella madre que un día arrulló entre sus brazos a su recién nacido y 33 años después lo observa en sus brazos sin vida es plasmado en la foto de Mohammed Salem. En ella, Abu Maamar, de 36 años de edad, abraza a su sobrina Saly, de apenas 5 años, que está envuelta en una sábana blanca, cuyo cadáver fue hallado junto al de su madre y su hermana en su casa en Jan Yunis, la cual fue alcanzada y destruida por un misil israelí, de acuerdo con la agencia EFE. Una fotografía tomada el 2 de noviembre del año pasado, a la que el palestino describe como un “poderoso y triste momento que resume la sensación general de lo que está ocurriendo en la Franja de Gaza”.
Es bueno y necesario el reconocimiento al trabajo fotoperiodístico pero no debe quedarse ahí. El desgarrador material comunicativo debe animar al mundo a seguir exigiendo un alto a la masacre que ha sobrepasado todo límite en Palestina, y que demuestra la atrocidad con la que se conducen impunemente algunos gobiernos ante la mirada perpleja del derecho humano internacional que demanda un cese al fuego.
En su propósito de desarticular al poderoso grupo terrorista Hamas, Israel instaló una violencia generalizada que ha ido escalando contra civiles inocentes y ahora sus blancos son refugios y hospitales.
Detrás de la desgarradora foto de Mohammed Salem está la atroz cifra de más de 34 mil palestinos muertos y más de un millón y medio de personas que han tenido que abandonar sus hogares desde que comenzó la ofensiva israelí en la Franja de Gaza hace 6 meses.
El dato de mortalidad infantil es escandaloso: Según la ONU, al menos 12 mil 300 jóvenes han perdido la vida en los últimos cuatro meses, frente a los 12 mil 193 en todo el mundo entre 2019 y 2022. A ello hay que sumarle los más de 19 mil niños huérfanos, muchos de ellos con amputaciones, viviendo una vida a medias, como lo reflexiona Frida Gómez, en su artículo “La generación de niños amputados de Gaza”.
La fotografía ganadora del World Press Photo 2024 debe de impulsarnos a seguir hablando de Palestina, porque no se consigue detener el genocidio en la región, pese a los esfuerzos y llamados de parte de muchos líderes mundiales y Estados.
¿Cuánto más dudará esta barbarie contra el pueblo palestino? ¿Hasta cuándo a los palestinos se les seguirá negando el derecho a tener su propio Estado?
Hace falta que se adopten medidas diplomáticas, políticas y económicas más severas. Mientras tanto, como lo dijeran relatores de la ONU: El mundo seguirá “siendo testigo del primer genocidio mostrado en tiempo real por sus víctimas”.