Habemus, al fin, precandidatas y precandidatos a la Presidencia de nuestro país. Pero son dos, Claudia y Xóchitl, quienes llevan la delantera en esta carrera hacia la grande.
La magia de las redes sociales nos permitió conocerlas mejor, pues la bendita tecnología deja muy poco a la imaginación, aunque también la imaginación se desborda.
Lo que no se puede ocultar son las diferencias entre Claudia y Xóchitl, tanto en presencia física como en “tablas” frente a su audiencia y lo más importante, su experiencia al frente de cargos públicos.
Los incontables descalabros y tropiezos que ha tenido la abanderada del Frente Amplio por México han encabezado un día sí y el otro también los titulares de los medios informativos, responsabilizando, casi en su totalidad, a Xóchitl, quien ha tenido que luchar con un traje no hecho a su medida y a veces parece que la encomienda que le impuso la derecha empresarial le aprieta demasiado y la asfixia, haciéndola resbalar una y otra vez.
Por el contrario, en el partido guinda, la desde ayer precandidata, Claudia Sheinbaum, se le ha visto como pez en el agua y es una digna representante de la Cuarta Transformación, comprometida con replicar las políticas implementadas por el presidente López Obrador sin perder el tiempo en descalificaciones o shows que en nada ayudan a la población y sí la cansan, pues lo único que debe importar a quien aspira a un cargo público es el bien común.
Ayer pudimos ver en el WTC de esta capital del país a una Claudia relajada, arropada por militantes, gobernadores, precandidatos y dirigentes de Morena y del Partido del Trabajo y Verde Ecologista. Cada uno de ellos la vitoreaba con arengas de “presidenta”, “presidenta” mientras nos expuso sus “17 sueños” u objetivos que cumplirá al llegar a la presidencia.
Para el inicio de su precampaña Sheinbaum eligió Veracruz, donde este lunes se espera un lleno total en el WTC de Boca del Río.
Hoy Morena, ni duda cabe, es la fuerza política mejor organizada que aglutina a hombres y mujeres comprometidos con la unidad en beneficio del pueblo. Así lo hemos visto en semanas anteriores con su método de elección de candidatos mediante encuestas que respetaban el voto de la militancia.
Sólo hubo el negrito en el arroz: Marcelo Ebrard, quien nunca acató el resultado y jugó al ofendido hasta el último momento, pues ayer tampoco lo vimos levantarle la mano a la precandidata de su partido. Ebrard es un cadáver político, que sabemos que está vivo solo porque respira.
Y en la banqueta de enfrente...
Da pena hablar de una coalición partidista (no ciudadana como nos quieren dorar la píldora) que en lugar de demostrar de qué lado masca la iguana y jugar derecho para intentar ser una verdadera oposición, se derrumbó desde el día cero, con el primer trancazo a la democracia al imponer antes de la encuesta a Xóchitl Gálvez.
Por sus pistolas, como se dice en modo popular, Alito Moreno, dirigente priista, saca el cobre una y otra vez no negando su formación partidista donde el dedazo y la trampa es el pan nuestro de cada día.
A Moreno el diálogo, la negociación y el respeto a los acuerdos es algo que le importa un carajo y así lo pudimos constatar con la imposición del panista Santiago Taboada como precandidato del Frente por la Ciudad de México, causando tremendo coraje en Adrián Rubalcava, quien de plano abandonó el priismo para meditar sobre su futuro político.
Lo que está ocurriendo en el FAM no debe sorprender a nadie. Aunque se diga que es una coalición conformada por el PRI, el PAN y el PRD, y de hecho pregone que es un bloque “ciudadano” quien lleva siempre la batuta es el impresentable Alejandro Moreno, demostrando a todas luces que el dinosaurio se niega a morir, cuando en realidad son patadas de ahogado. El Frente nació muerto. Es solo un ambicioso engendro de la derecha empresarial que eligió a personajes corruptos en su afán de preservar las triquiñuelas a las que están acostumbrados para proteger a los poderosos y acabar con los pobres, que siempre les han estorbado.
Con esas diferencias y en ese escenario arrancamos las precampañas.
En la Presidencia, las diferencias abismales entre las dos precandidatas indican que la elección está definida desde antes de empezar y la doctora Sheinbaum será nuestra presidenta.
En la capital del país la batalla entre la morenista Clara Brugada y el panista Santiago Taboada inclinará la balanza hacia quien no esté ligado al cochinero del cártel inmobiliario.
Y el resto del país, parece que igual se pintará de guinda.
No creo, si soy honesta, que sea lo mejor que el país entero sea gobernado por un solo partido. Lo ideal sería, claro está, que existiera una sana diversidad donde comulguen todas las ideologías. En la diversidad está la magia y el equilibrio.
Pero ante el desastre que desde ahora existe en la deslucida oposición no hay más para dónde hacerse.
Y por último...
Muy emotivo el tono humanista del discurso de Claudia Sheinbaum ayer en el WTC, sobre todo en lo que a educación se refiere.
Qué gusto escuchar a la doctora Sheinbaum, de profesión científica, decir que se necesitan más historiadores, más escritores, más personas dedicadas a la cultura y las artes.
Hay talento, y mucho, en jóvenes mexicanos que se interesan por la lectura, la pintura, la escultura y otras expresiones artísticas, pero son pocos los espacios y los apoyos financieros para ellos, además de ser muy restringido el campo laboral y debido a ello, los talentos se fugan al extranjero.
México es cuna de artistas y debe seguirlo siendo.
¡Enhorabuena por la propuesta de la doctora!