No existe en la vida política mexicana un mejor termómetro para analizar la posibilidad de que un candidato gane un cargo público que la mañanera de AMLO. Así como Enrique de la Madrid, a pesar de su experiencia y competencias, nunca tuvo opciones reales de ganar (AMLO no le dedicó ni diez minutos para denostarle o para mostrar viejas fotografías de su padre con la mafia del poder) Xóchitl Gálvez, quien se posiciona inexorablemente para ser la candidata del Frente, sí que tiene opciones rumbo a 2024.
AMLO y sus huestes lo saben bien. No por nada el presidente y sus acérrimos propagandistas como Epigmenio Ibarra han dedicado mañaneras, tuits, espacios en las redes sociales y video columnas para hablar sobre Xóchitl y sus supuestas operaciones irregulares. Saben bien que Gálvez, a diferencia de otros como Beatriz Paredes, Enrique de la Madrid o Santiago Creel, es una candidita disruptiva que, a pesar de los esfuerzos de sus detractores para tildarla de corrupta, es una mujer que no forma parte de la clase política tradicional.
Y sí, Xóchitl es panista. Pero el PAN ha sido el partido que la cobijó para servir como funcionaria pública. No es panista, pues, en el sentido estricto de una identificación partidista que se remonta al panismo de antaño. En otras palabras, no es Santiago Creel ni Diego Fernández de Cevallos –panistas de pura cepa- sino una mujer que ha utilizado la plataforma de Acción Nacional para desempeñarse en su carrera profesional.
Es una mujer disruptiva porque no representa a la élite de antaño. Sí, efectivamente, es mal hablada y quizá debería en el corto plazo, una vez que haya sido investida con la candidatura presidencial del Frente, moderar su lenguaje florido, pues tendrá que contrarrestar una de las grandes fortalezas de Claudia, a saber, la percepción de que la ex jefa de gobierno es una mujer seria y preparada.
Xóchitl sí rompe con el discurso dicotómico de AMLO dirigido a pintar dos clases de mexicanos: los que anhelan que vuelva la mafia del poder para recuperar sus privilegios, y el pueblo bueno que desea la continuación de la 4T; un discurso que, desafortunadamente, continúa haciendo mella en un buen número de mexicanos.
Gálvez es, dentro de un abanico limitado de liderazgos, la mejor opción de la oposición para desterrar a Morena del poder presidencial. Si bien buscará utilizar todos los medios del Estado para favorecer a Claudia, AMLO no estará en la boleta, por lo que la morenista deberá enfrentar a una desconocida rival cuyo nombre ha empezado a ser reconocido por todos. Xóchitl sí puede ganar.