Se ha desatado una monumental e incluso hasta entretenida guerra verbal y de indirectas entre Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y Xóchitl Gálvez. Pero de entretenimiento no vive el país y tampoco entreteniendo es como se gobierna a un país.
Y digo indirectas porque, desgraciadamente, el presidente de todos los mexicanos no ha permitido ni permitirá dialogar ni hoy ni nunca con Xóchitl Gálvez.
Ella lo sabe y entonces todos los mensajes que le manda terminan siendo puras indirectas, porque no son mensajes frontales ni de cara a cara.
Creo, sin temor a equivocarme, que Xóchitl está perdiendo el tiempo golpeteando de esa manera a Obrador. Es inútil.
No existirá nunca el famoso diálogo circular del que tanto habla el presidente y el desgaste aunque también es para el presidente lo estará siendo para Xóchitl.
AMLO siempre tendrá la razón. Nadie lo saca de sus errores y desaciertos, si él dice que tal o cual cosa es como dice que es, así es en su realidad.
Es López Obrador menos tolerante a la crítica, pero siendo presidente es el que tiene la posibilidad de elegir a quien escuchar y a quien no.
Usará todo el poder que tiene para contrarrestar el golpeteo y será una batalla sin fin.
No es que al presidente no se le pueda ganar en una discusión. Es que es una pérdida de tiempo intentarlo.
Lo importante es encontrar el espacio y la forma para que Claudia Sheinbaum dialogue con Xóchitl Gálvez en lugar de que Xóchitl se siga desgastando en atacar al presidente.
Ese sería el verdadero éxito en la campaña política de ambas: el diálogo.
Más que soñar con un debate entre ellas, sueño con un verdadero diálogo circular, donde los egos y la arrogancia no estuvieran del lado de ninguna, sino en un ambiente en donde ambas fueran receptivas sabiendo que tienen mucho que enseñarle a la otra pero también mucho que aprenderse mutuamente.
Eso es lo que como mexicanos desearíamos.
Porque adoptar esta “gritoniza” política al presidente como lo había venido haciendo Lilly Téllez puede ser de mucho desgaste y no lleva a nada.
Pero interesante sería que ambas mujeres, ambas preparadas y con un mismo objetivo se sentaran a dialogar.
Yo creo lograr esto es lograr el éxito rotundo en las campañas políticas de ambas.
El problema que veo para que se logre esto no es ni siquiera que Claudia Sheinbaum no quiera, sino que Obrador no se lo permitiera, porque aunque el presidente de todos los mexicanos nos ha asegurado que él no interfiere en nada de ninguna de las horriblemente llamadas corcholatas, es evidente que el presidente no toleraría que su pequeña Clau tuviera un acercamiento con Xóchitl.
Ese es el tema.
Que el presidente es la peor sombra para Claudia Sheinbaum. Lejos de vérsele como el gran guía líder del camino de ensueño de Claudia lo sitúa como un gran enemigo del que su sombra sigue perpetuamente a la ex jefa de gobierno, le pesa y le incomoda.
Mientras que Xóchitl no tiene a nadie que le esté incomodando ni nadie que le indique cómo debe de ser, como debe de moverse y qué cosas decir.
En fin, que todavía falta un largo camino por recorrer y a la vez esta mitad del 2023 ya huele al 24…
Faltan cosas por suceder pero insisto falta algo fundamental: inteligencia emocional en todos los contendientes.
¿Serán capaces de trabajar en ella?
Veremos
Es cuanto.