La reciente visita de Xóchitl Gálvez a Sinaloa dejó varias impresiones. Todas para el análisis. Primero que nada, se nota la maquinaria mediática que promueve a la senadora del PAN. De inmediato, comentócratas se convirtieron en simpatizantes de la hidalguense y todo fueron loas y vítores.
Gálvez Ruiz vende espejitos. Su estilo dicharachero le ayuda a empatizar, pero en el análisis, su discurso es hueco.
Por ejemplo, tuve la oportunidad de escuchar una entrevista en un noticiero matutino acá en la capital sinaloense. Lo que escuché lo pudo haber dicho cualquier persona que pretende agradar al público, pero no alguien cuyo objetivo sea gobernar un país entero.
La Señora X, no utiliza datos. Estima los números para construir su discurso de golpeteo a la 4T. Su mensaje es subjetivo, carece de sustento. Me impresionó la cantidad de veces que dijo “yo creo”, “yo pienso”, “yo siento”… Su discurso debería estar cimentado en hechos concretos y datos que reflejen el ideario de las mayorías, no lo que ella considere.
En un tono retador soltó la frase “nadie me da línea”. A priori, habla de una persona de convicciones y que no es dejada, pero también de alguien que puede ser intransigente y alejada de consensos, ambas muy necesarias si lo que se busca es gobernar una nación como México.
Lo cierto es que Xóchitl empatiza bien, eso es innegable. De ella escucharemos el chiste, la frase dominguera, la ocurrencia, las palabras soeces, incluso una versión sincera de ella. Todo eso, claro que ayuda a conectar con el público. Pero no hay discurso serio, sin plataforma de gobierno, tampoco hay una clara directriz ideológica que al electorado le permita vislumbrar un atisbo de lo que sería su gobierno.
Para rematar la entrevista, puso al exgobernador Mario López Valdez como su aval, dijo que él la conoce de tiempo atrás. Sobre su capacidad, señaló “Malova te lo puede decir”, Si su aval es Malova… Juzgue usted.
. - No es la UAS, son los directivos quienes violan la ley
Si usted es del grupo de ciudadanos que por algún instante podía pensar que existe persecución política en todo el asunto que envuelve al rector Jesús Madueña, a la UAS, y en definitiva al grupo que encabeza Héctor Melesio Cuén Ojeda… Lo que está sucediendo, en mi opinión, disipa las dudas y rechaza por completo esa teoría.
Lo digo porque no existe tal persecución política, tan sólo hace falta aplicar la ley, seguir el hilo un poco y lo que resulta es, un verdadero “cochinero”. Desde el inicio se ha notado un negativo patrón de comportamiento por parte de la camarilla de seguidores de quienes mandan en la máxima casa de estudios.
Este lunes trascendió que existe una nueva solicitud de audiencia ahora por la presunta compra irregular de 77 mdp en carne, en el periodo 2019 al 2023. Más “sospechosismo” al manejo de los recursos de Casa Rosalina, en consecuencia, más presunciones sobre flagrantes violaciones a la ley. ¿Cuántos más movimientos extraños continuarán apareciendo?
También durante la semanera, a pregunta expresa de un periodista, fue de conocimiento público la revocación del fiat del notario Andrés Avelino Sarabia Ríos. Quien al mismo tiempo fungía como el director de la Facultad de Derecho de la UAS en Culiacán. El mismísimo responsable directo de encabezar el equipo que forma a los próximos juristas, también sorprendido en una indéniable falta a la ley notarial. ¿Cuántos años violentando la ley, operando una notaría pública con tal ventaja sobre sus pares?
Atinada la ejecución del secretario general de gobierno Enrique Inzunza Cazarez, quien al darse por enterado de la situación retiró el fiat notarial a Sarabia Ríos.
Me pregunto si en la UAS continuarán alegando persecución política o cambiarán de estrategia; porque me parece que la línea actual ha sido insulsa y burda.
No pueden referir persecución política cuando son tantas denuncias y señalamientos de compras irregulares. Cuando han mentido a jueces federales para solicitar un amparo. Cuando se da la salida del hijo de Cuén como director de bienes e inventarios admiten que algo había que cambiar en ese cargo. Cuando se niegan a las auditorías. Cuando la cúpula universitaria es la misma cúpula del Partido Sinaloense (PAS).
Cuando son tantas acusaciones, no se puede alegar persecución política. Más bien, está destapándose una cloaca bastante bochornosa.
En la UAS no dan una, el rector no termina de aclarar una situación cuando ya tiene más problemas encima. El discurso de defender la autonomía universitaria está agotado. Las denuncias y los problemas, llevan nombres propios porque contra la autonomía de Casa Rosalina, no se ha movido un dedo.
Vanessa Félix | Twitter: @vanessafelixmx