“Locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes.”
Albert Einstein
De física a físico: no, el claudismo no desea resultados distintos. Muy por el contrario. Y por eso los malabares continúan en el ‘segundo piso’.
Este salió a flote ayer: condenar el 2 de octubre y pedir perdón por lo realizado entonces, pero encumbrar a los militares, festejarlos y agasajarlos ahora; militarizar —sí, y no me equivoco— la “seguridad” pública nacional... Ofrecer una disculpa pública a las víctimas de la matanza del 68, dos días después de que se constitucionaliza la militarización del país. Nueva definición de demagogia: ver a Pablo Gómez y otros “estudiantes del 68″ celebrando el acto conmemorativo en rechazo a una barbarie del ejército y al mismo tiempo la reforma que hace de la Guardia Nacional una dependencia de la Sedena.
Historia tergiversada decir que el único culpable del 2 de octubre fue Gustavo Díaz Ordaz; falta que en el gobierno digan que el mandatario aquel se multiplicó en ese fatídico día disfrazado de cientos de soldados; que el Ejército no participó en lo que sí participó. Algo así como lo que López Obrador concluyó de Ayotzinapa.
Este régimen, el que en términos prácticos solo es la continuación del de AMLO, pidió perdón a las víctimas por lo que hizo el gobierno hace 56 años, pero en los hechos premió a quienes perpetuaron la masacre: los militares. El atole ‘patrañero’ esconde la burla legalizada.
Con Claudia, el pasado ha invadido lo que debería ser la construcción de un futuro para México. Así, se insiste en reiterar que hay dolor por la ausencia de una respuesta del rey Felipe de España, pero ¡esa respuesta ya se dio en 1991!
Cual inútil Prometeo, con este gobierno (y el que le antecedió) todos los días se manipula la historia nacional. Con lo cual ni siquiera es que lo urgente gane sobre lo importante; aquí es la demagogia la que avasalla todo lo demás. El mundo avanza hacia el porvenir mientras el gobierno de México fuerza a sus ciudadanos a verse al ombligo.
El aislacionismo cobró nuevas cuotas al obviar la guerra entre Israel, Líbano e Irán. ¿Dónde está la voz de la Secretaría de Relaciones Exteriores?, ¿solo sirve para lanzar un tibio comunicado invitando a nuestros connacionales a salir de la zona del conflicto? Tendrían que haber preparado una mínima tarjeta de información para la presidenta y que en la vieja (pero correcta) usanza diplomática del país, ella solicitara un alto al fuego en esa región del mundo y el que se protejan los derechos humanos de todos los pueblos involucrados. Pero por lo visto es más importante hablarle al pueblo de México tergiversando lo que pasó en 1968.
Un vacío, un hueco tan grande como Palacio Nacional. No se ha hablado de lo que es realmente de trascendencia: seguridad, educación, salud y la economía (otra vez, incluidos los impactos de la guerra en el Medio Oriente)…
Da rabia escuchar que el equipo de la nueva presidenta pretende continuar con los mismos esquemas del anterior gobierno (mañaneras incluidas); una mala calca que augura peores resultados. No debería ser así.
La pragmática “científica” (ya en otra columna explicaré el porqué Sheinbaum NO es una científica) prestándose a las mismas chacotas de López Obrador. La deshonestidad intelectual no solo en Yasmín Esquivel, en Lenia Batres o en Carlos Pozos, sino en la máxima representante del ámbito público nacional.
Giro de la Perinola
Para que el segundo piso de la 4t se sostenga, dado que este es demagogia, manipulación y deshonestidad intelectual, es imprescindible la comunicación de corte populista. Y esa comunicación es incapaz de generarla Claudia de manera satisfactoria. Por eso recurre al mecanismo que no le es propio: las conferencias de prensa matutinas. Ha sido incapaz, como alternativa, de dar un paso al vacío y jugársela de otra manera tanto intelectual como más honesta y acorde con sus capacidades. Su equipo no la quiere, la hace quedar mal y el pueblo —el bueno y el malo— la irá dejando sola. En el fondo anhelan que vuelva él.