Técnicamente el ganador o ganadora de la encuesta para definir a quien será el abanderado de Morena en las elecciones del 2024 será quien encabece el gobierno de México del 24 al 30. Aún con el efecto Xóchitl, sin una estrategia buena de cohesión entre los partidos del Frente y sin un candidato definido por MC, Morena ganará el proceso electoral en puerta.
Pero y ¿qué va a pasar después de la encuesta? el proceso tendrá que tomar una pausa necesaria y darle un respiro al virtual candidato, pues ya con esta parte de la “no campaña” debe de estar cansado y seguramente la militancia, así como el electorado también lo están. Este tiempo de templanza deberá servirle no solo al coordinador o coordinadora sino también al actual presidente López Obrador y a la dirigencia de Morena, qué harán para sanar las heridas que deje la encuesta.
No es un secreto a voces que las corcholatas y en Morena en particular, cuando de cargos se tratan, se llevan pesado, la que no fue campaña para promover a las 6 posibilidades para encabezar el proyecto con miras al 24 fue una campaña que distó mucho de ser pacífica. Bastaba ver las redes sociales y las menciones de los aspirantes para notar lo polarizada que estuvo la militancia del movimiento y lo calientes que estuvieron sus ánimos.
Sin duda alguna la confrontación más grande fue la de Claudia contra Marcelo, ambos punteros en las encuestas y sondeos, una con el favor del presidente y gobernadores y otro con el favor de la militancia no tan radical, del gobierno gringo y de un buen sector de la población que no simpatiza con Morena pero simpatiza con el de apellido francés.
Escenarios miles se han planteado de qué pasará con quienes no lleguen a la candidatura. Claro está que personajes como Noroña, Velasco e inclusive el mismo Monreal, no generaron efervescencia ni consiguieron aumentar sus posibilidades, aunque por supuesto, que no estaban ahí por el deseo de ocupar el cargo si no por las oportunidades de negociación que esta pequeña participación en el proceso les daría.
Suena ya Adán como el posible dirigente del partido durante los próximos años o el líder de la bancada en la Cámara de Diputados, suena Monreal como virtual candidato a la jefatura de gobierno de la CDMX, Noroña probablemente venderá libros, Velasco se irá fortalecido para negociar Chiapas y otros estados para su partido y Ebrard… De Ebrard aunque se especula mucho, se sabe muy poco.
Y es que, aunque un premio de consolación como la coordinación de la bancada en el Senado a nadie podría parecerle algo malo, para “El Carnal” Marcelo podría parecer una majadería pues dentro de su narrativa y de todo lo que ha planteado, el único que debería continuar la 4T es él, tanto por su cercanía al proyecto, por su buena labor como canciller o por su mayor mérito como él lo ha dicho, de haberle cedido el lugar a la candidatura en 2012 a López Obrador.
Morena se enfrentará a su mayor reto, el de la estabilidad. El de unificar las tribus después de calmar las aguas, el de hacer operación cicatriz entre todos aquellos que de manera violenta se confrontaron, el de hacer como que nada pasó y con miras a la continuidad del proyecto obradorista, el movimiento se mantenga.
Postdata. Caro le está saliendo a la alcaldesa Sandra Cuevas el operativo diamante porque aún con el gasto desmedido en comunicación que está teniendo, sus números no crecen y ya hasta la diputada con la que antes sonreía muy a gusto en las fotos, Cinthya López Castro, le dijo que ya no jalarán agua para ese molino.
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