No es cosa menor que Morena y sus partidarios no cejen en su empeño de hacer que el Tribunal Electoral les otorgue una sobrerrepresentación superior a la obtenida en las urnas. Se trata, por el contrario, de un asunto de la mayor relevancia pues conllevaría - si se concreta - la posibilidad de terminar con la democracia liberal.
Ante este panorama asaz adverso, personajes como Claudio X. González y Xóchitl Gálvez han decidido abanderar una cruzada dirigida a presionar al Tribunal para que éste interprete el artículo 54 de manera integral. ¡Muy bien por el argumento y la iniciativa!
Sin embargo, uno se pregunta: ¿Es en serio que Claudio X. y la derrotada Xóchitl Gálvez son los líderes de la oposición? ¿Son ellos los convocantes a nivel nacional para que el oficialismo no tome control total del país? ¿Son el empresario más vilipendiado y la peor candidata de la historia reciente los responsables de convencer a los mexicanos de que existe un riesgo si Morena y sus aliados alcanzan las dos terceras partes del Congreso federal?
Es una pena, a mi juicio, y esperaría que muchos mexicanos compartiesen mi opinión, que la oposición, bastante ya reducida en el país, tenga que recurrir a personajes que no son capaces de convencer a nadie fuera del panismo.
¿Dónde y cuándo se ha visto que un candidato perdedor por márgenes históricos salga a la calle a convocar en favor de una causa cuando viene de ser arrasado en las urnas?
Estoy convencido que México podría transitar, en el corto plazo, hacia la antesala de un cambio de régimen que podría significar la pérdida de valores democráticos que por tanto tiempo los mexicanos han construido.
Y al mismo tiempo, mientras los acontecimientos conducen inexorablemente hacia una nueva consolidación de un partido hegemónico, la oposición adolece profundamente de la ausencia de hombres y mujeres que sean mínimamente capaces de hacer sonar su voz y de hacer penetrar su mensaje.
Según se ha informado habrá dentro de un par de días una marcha en contra de la decisión de la sobre representación de Morena; encabezada, como he señalado, por Claudio X. González y un puñado de opositores sin el menor talante político. Lo lamento por ellos mismos, y ante todo, por la salud democrática del país.