Las aguas de estas campañas políticas se han agitado bastante y sus remolinos están trayendo serios problemas a quienes no están lo suficientemente preparados para salir avante de las fuertes corrientes.
Hasta el momento, Claudia Sheinbaum se ha mantenido a flote y sigue su curso sin mayores complicaciones rumbo a las elecciones del 2 de junio. No así sus contrincantes Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez, quienes se han topado con ríos bravos que los están engullendo, por lo que deberán buscar un impulso para escapar del remolino y llegar a la orilla.
Por un lado, la candidata del PRI, PAN y PRD se encuentra en un proceso de control de daños, tras divulgarse un video en el que se ve a su hijo Juan Pablo Sánchez Gálvez, excoordinador nacional de su campaña juvenil, en un estado inconveniente, lanzando insultos clasistas y racistas al personal de un antro en Polanco, mientras que por el otro lado, el abanderado de Movimiento Ciudadano enfrenta una denuncia por violencia sexual en contra de la abogada Ana Castelán Valenzuela.
Sobre ese panorama se presentarán los tres candidatos al primer debate que tiene lugar este domingo en la CDMX, y cuyos temas a discutir son: educación y salud; transparencia y combate a la corrupción, grupos vulnerables, no discriminación y violencia machista.
Ese ejercicio democrático podría ser para Jorge Álvarez Máynez, pese a sus negativos, una oportunidad para levantarse un poco en las preferencias electorales, las cuales no le son nada favorables, e incluso, está peor en los números que los que tuvo su correligionario Samuel García en su paso fugaz por la candidatura presidencial.
Toda la expectativa gira en torno a Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez porque son las candidatas punteras en la búsqueda de la presidencia, y porque la sociedad espera ya un cara a cara entre las dos, sobre todo después de que la panista en varias ocasiones pidió un encuentro con la abanderada de la coalición Sigamos Haciendo Historia desde antes de este primer encuentro.
Aunque a Jorge Álvarez Máynez no se le vislumbra mucha posibilidad, podría aprovechar que seguramente los ataques se centrarán en la candidata morenista, en un contexto en el que está caliente la polémica en torno a la abanderada panista.
Y es que hay un sector que odia a Andrés Manuel López Obrador y ve en Claudia Sheinbaum una copia del presidente e incluso han llegado a insultar la inteligencia de la científica, al señalar que ella no gobernará y quien lo hará será AMLO, como si la doctora no tuviera la capacidad de decidir y gestionar por sí misma. Una actitud misógina e inverosímil.
En tanto, entre los simpatizantes del PRI, PAN y PRD más de uno no ha de estar contento con la actitud clasista y prepotente del hijo de Xóchitl Gálvez; molestia que se sumaría a lo acontecido en diciembre de 2023, cuando la panista enfrentó críticas en la comentocracia y en redes sociales por supuesto nepotismo, al integrar a sus hijos, Diana y Juan Pablo Sánchez Gálvez, en su equipo de precampaña, pese a que ninguno de los dos demostrara tener experiencia en el manejo de campañas políticas.
En este sentido, si Jorge Álvarez Máynez se planta bien en el debate, mostrando firmeza, conocimiento, propuestas, talento como orador y astucia en detectar y exhibir con inteligencia los errores de sus contrincantes podría jalar a los odiadores de AMLO que nunca votarían por Sheinbaum, pero que tampoco ven ya en Gálvez a una candidata digna de sus simpatías. O hasta los indecisos podrían tomarlo en cuenta en la determinación de su voto.
Es cierto que un debate difícilmente cambia el rumbo en las preferencias, es decir, que el electorado ya está decidido sobre a quién le dará su sufragio haya debate o no, pero el que no arriesga no gana y el emecista puede usar esta primera jornada para posicionarse en la agenda electoral y sacudirse algo de los errores que lo han arrinconado en esta contienda.
Dicho lo anterior, veremos si Jorge Álvarez Máynez intenta provocar algún efecto en el debate, que mueva las preferencias electorales, o simplemente se hace a un lado, saca sus palomitas, y se convierte en un espectador más del “choque” entre las punteras Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez.