Mucho se dice sobre los generales, coroneles, mayores y demás oficiales de las Fuerzas Armadas mexicanas. Con motivo de la reciente reforma relacionada con la Guardia Nacional, los líderes de opinión e intelectuales han alzado nuevamente la voz para denunciar los riesgos de que sean los soldados los responsables de la seguridad pública.
Y no están privados de razón. Basta echar un vistazo a los informes históricos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y organizaciones internacionales en torno a los abusos cometidos por las Fuerzas Armadas.
Sin embargo, y a pesar de la relevancia del debate público en torno a la progresiva militarización del país, bien vale poner el acento en otro asunto: la opinión de los soldados; y con ello no me refiero a los mandos superiores, sino a los mexicanos de a pie que realizan las funciones.
Según ha trascendido, los soldados mexicanos han manifestado desde su salida de los cuarteles durante el gobierno de Calderón, su profundo rechazo a la operación de actividades que no tienen nada que ver con lo que fueron entrenados y para lo que han dedicado sus vidas.
Tras la decisión de la construcción de Santa Lucía, del Tren Maya y otras obras, los soldados se han quejado sobre sus nuevas obligaciones. Manifestaron en su momento su rechazo a ceder las pistas de Santa Lucía a la aviación comercial, y los pilotos aviadores han denunciado sus responsabilidades al frente de la conducción de los aviones de la nueva Mexicana.
De igual forma reclamaron que, tras la habilitación de Santa Lucía como aeropuerto civil, no contasen más con espacios para prácticas militares como el paracaidismo.
En este contexto, la desaparición del Estado mayor presidencial durante la presidencia de AMLO provocó igualmente el descontento de sus miembros.
¿Continuará Claudia Sheinbaum sin escuchar a los soldados, como lo hizo AMLO durante seis años? ¿Serán considerados los valiosos soldados mexicanos en el nuevo proyecto de militarización ejecutado por el régimen obradorista? ¿O abrirá la presidenta Sheinbaum las puertas de Palacio a los militares descontentos? Veremos.