Originalmente, hoy arrancan las preampañas electorales, pero de ellas hemos tenido muchísimo durante  ya bastante tiempo, pero bueno, digamos que el INE ha dado por “buenas” las que hoy arranquen.

Yo ya francamente no sé de qué se trata la política, me cuesta entenderla, parece un juego de adivinanzas y de trampas.

Mi padre era un apasionado de la política. Devoraba todos los periódicos y a pesar de que  yo era apenas una niña, me sentaba junto a él y me compartía de sus sentimientos de disgusto y de sus opiniones sobre los políticos que estaban en el poder por allá, en los años ochentas.

Yo, la verdad no es por querer soñar presuntuosa, parecía tener de manera innata un don o una claridad para poder entender de lo que él me hablaba, realmente yo entendía la política. Y me apasionaba.

Realmente mi padre no nada más leía  de política sino que sabía de ella, pero su sueño fue ser piloto de aviones y terminó siendo el mejor vendedor de coches de la marca “Ford” por muchísimos años.

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Pero creo que él también tenía un don para entender la política o al menos descifrarla. Hoy, 20 de noviembre, en particular lo recuerdo con nostalgia porque adoraba ver los desfiles en la televisión. No se los perdía por nada del mundo.

Definitivamente en aquel entonces, ustedes lo recordarán y los más jóvenes que me lean ahora lo sabrán  era muy común y esperable que los candidatos expusieran sus propuestas y las que más convencieran eran las del candidato ganador.

En esta ocasión casi nada de esto está pasando. Nada que en lo personal me deslumbre y me suene diferente.

Xóchitl Gálvez ha intentado promover diferentes propuestas que suenan un poco a lo mismo y también la entiendo, no puedes prometer algo que ni medianamente podrías alcanzar a cumplir. Creo que Xóchitl sabe que los mexicanos no merecemos más de eso. Porque sí, hace años se le creía más fácilmente a los políticos cuando hacían sus promesas, pero hoy la gente tiene otro tipo de conocimiento y de sabiduría.

Por ejemplo, ayer como si fuera su fiesta de XV años fue presentada a la sociedad Claudia Sheinbaum. Otra vez gastando dinero en esa clase de espectáculos en lugar de invertirlo para Acapulco por el daño cuantioso por el huracán Otis,  mientras que por otro lado ella prometía que seguiría con la “austeridad republicana”.

De plano Claudia en un momento de sinceridad dijo que lo suyo, lo suyo, no eran las propuestas, sino los “sueños”. Y le aplaudieron a rabiar los ahí presentes.

Y también puedo entenderla: la instrucción, o el Guión que le marca el presidente es darle continuidad a la obra maestra que ha creado el presidente Andrés Manuel López Obrador. Entonces, Claudia tiene que usar (y de hecho ya está haciéndolo) las mismas palabras y “terminologías” obradoristas y de plano sin grandes propuestas o ninguna acaso, solo ha aceptado que seguirá diciendo y haciendo y prometiendo lo mismo que Obrador, para que la existencia de la llamada Cuarta Transformación no se extinga. Es decir la palabra clave de Claudia Sheinbaum es y será la palabra “continuidad”.

Así que creo que es la primera vez que veo a dos candidatas a la presidencia no dar más de sí porque simplemente o no pueden prometer más o no quieren salirse del mismo discursito “mañanero”.

Creo que Claudia tiene todo muy cómodo y todo puesto a su favor, sabe que por aquí y por allá estará contenida y tendrá una red de apoyo sólida que la sostenga.

Para Xóchitl siento que será algo más complejo. Teniendo de su lado y pegado siempre  cual sanguijuela a un “Alito” Moreno, no ayuda para nada.

Nadie lo quiere ni simpatiza con él, y se ha empeñado en seguir ahí, con su carita restirada pegado como una lapa a Xóchitl, quien en un “se me chispoteó” dijo que lo mejor era mantenerse alejada de él.

Me imagino que a Alejandro Moreno se le habrá apagado el corazón en ese momento.

A falta de propuestas lo que yo desearía serían dos escenarios:

1) Que las dos candidatas a la Presidencia pudieran dejarse entrevistar por todos los medios de comunicación, sin miedo y con valentía. Ya sabemos que Claudia Sheinbaum no querría ser entrevistada por un Loret de Mola por ejemplo, diría que no va a permitir que la ninguneen, pero hablaría muy bien de ella y de lo que nos espera como ciudadanos si aceptara entrevistas así, al igual Xóchitl. El mismo suelo parejo para ambas.

2) También en la época que mi padre me hablaba de política, los debates políticos eran un deleite y un trámite importantísimo para elegir a los candidatos.

Me  fascinaba y impresionaba la forma en que cada uno se delataba como la peor opción para ganar y cuál era el que tumbaba al otro con pruebas o con argumentaciones sólidas, admiraba a quienes se sabían defender de los embates políticos y brillaban en medio de todos.

Ahora resulta que parece que están prohibidos los debates políticos: ¿Porqué?

Obviamente creo que poco le beneficiarían más a Claudia que a Xóchitl pero también me gustaría ver un debate entre ellas dos: De mujer a mujer, sin faltas de respeto, sin juegos sucios. De cara a cara, de frente, sororamente. Como antes.

Pero nada más entre ellas dos porque, ya nos queda claro, nadie más va para candidato o candidata para la Presidencia en este país. Un debate entre las dos sería interesantísimo. Pero no dudo que ahora la bella Guadalupe Taddei quien dirige al INE sea quien los prohiba. Y es que ella es amiga de AMLO. Ahí saquen sus propias conclusiones.

Cualquiera de las dos cosas en un contexto de campañas electorales son incluso necesarias de hacer. No deberían de obviarse.

Porque de lo contrario la gente sólo sentirá más hartazgo del que ya tiene al ver que cada una se planta enfrente de un micrófono a hablar de lo que quieren hablar y desde donde se sienten cómodas para hablar.

Que ambas salgan de su zona de confort es lo que esperaríamos mínimamente.

¿Ustedes creen que se atrevan? El tiempo corre, y no estamos tan lejos del 2024.

¿Lo harán ? Yo sugeriría que sí.

Es cuanto.