La desaparición de niños es una tragedia que, lamentablemente, parece haber quedado perdida entre los múltiples problemas que como sociedad vivimos a diario, relegada a alguna parte de nuestra memoria colectiva. Pero, las cifras actuales son tan alarmantes que nos obligan de manera contundente a enfrentarnos a una realidad y a tomar conciencia de la magnitud del problema.
La situación en México
En nuestro país la desaparición de menores ha llegado a niveles de alarma. Hasta el 14 de marzo de 2025 se habrían reportado la enorme cifra de 112,579 casos de niñas, niños y adolescentes desaparecidos, de los cuales, al menos 17,349 aún no han sido localizados. Analizando las cifras, significa que una de cada seis personas menores desaparecidas continúa sin ser encontrada y, lo peor, por cada 100 menores localizados, uno es hallado sin vida, lo que da un total de mil 54 niños hasta la fecha mencionada.
Un problema global
A nivel mundial, la situación es igualmente preocupante. Se estima que alrededor de ocho millones de niños desaparecen cada año. Además, desde 2014, se ha documentado la muerte o desaparición de casi 1,600 niños migrantes, lo que equivale a casi una muerte por día.
Causas multifacéticas
Las razones detrás de este tipo de desapariciones son diversas y muy complejas. En México existen de factores como el tráfico de personas, la explotación, la trata, el narcotráfico y algo importante, que refleja la situación general de descomposición social, los niños se fugan de los hogares, todo en conjunto contribuye significativamente a agravar la problemática.
Mientras que, a nivel global, los conflictos armados, tráfico de personas, crisis humanitarias y migraciones forzadas colocan a los niños en situaciones de vulnerabilidad extrema.
Un llamado a la acción
Resulta imprescindible que como sociedad demos la prioridad que corresponde a la protección de nuestros niños. No se trata únicamente de salvaguardar su integridad física, sino de dar atención a su salud mental y emocional. En momentos donde la tecnología nos rebasa vertiginosamente, ellos están expuestos a todo tipo de situaciones, que muchas veces pasan desapercibidas en su entorno familiar y terminan por afectar de forma drástica su desarrollo, como el acceso ilimitado a internet, redes sociales, bullyng y ciberbullyng, discriminación, abuso, etc. Por ello, debemos ir más allá, la crianza y cuidado implican ser conscientes del contenido que están consumiendo y reflexionar sobre el tipo de sociedad que estamos construyendo para ellos.
No son sólo números
La desaparición de un niño no es una estadística; es una vida truncada, una familia destrozada y una comunidad afectada. No podemos permitir que esta crisis continúe en las sombras ni mucho menos aceptar que se normalice, no, la desaparición de niños no puede ser parte de la vida cotidiana en nuestro país.
Es momento de actuar, de hacer un llamado a la conciencia colectiva sobre la tragedia de que un niño no regrese a casa, es momento de exigir a las autoridades, a los legisladores, que generen políticas públicas efectivas, que las instituciones encargadas de la protección infantil y de fomentar una cultura de prevención y denuncia se fortalezcan y brinden atención inmediata, efectiva y eficiente.
Nuestros hijos son el presente y el futuro de México y del mundo. Su bienestar debe ser nuestra máxima prioridad. No permitamos que más niños desaparezcan sin dejar rastro. El problema es real, no podemos ignorarlo. Es responsabilidad de todos garantizar un entorno seguro y saludable para ellos.
X: @diaz_manuel