Según el presidente, para contrarrestar los efectos negativos del “neoliberalismo”, como la agudización de las condiciones socio-económicas de los mexicanos, era necesario mejorar la economía y educación de las familias, lo que evitaría que miembros de estas se enrolarán en el negocio del narcotráfico.

AMLO aseguró que no militarizaría al país, que crearía la Guardia Nacional y que, a través de sus juntas matutinas de seguridad, se garantizaría la seguridad para todos los mexicanos:

“No vas a encontrar un presidente en los últimos 50 años que le haya dedicado tanto tiempo, de lunes a viernes, de 6:00 a 7:00 de la mañana en reunión de todo el gabinete de seguridad para atender esto”.

Andrés Manuel López Obrador

¿Pero qué pasa ahora?, luego de cinco años de gobierno de la 4T ¿Cuáles son los resultados?

Actualmente la inseguridad ha alcanzado niveles muy superiores a los que se presentaban en el periodo neoliberal.

De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública de 2018 a diciembre de 2022, las carpetas de investigación de delitos del fuero común aumentaron más del 8%, pasando de 1′989,937 a 2′141,951.

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Otra cifra en aumento es la de homicidios dolosos, que supera por mucho a la de sus antecesores: con Vicente Fox se registraron 60,162; con Calderón, con todo y su guerra, 121,613; con Enrique Peña Nieto, 157,158; y con AMLO y sus grandes expectativas, hasta el mes de abril de 2023, se ha tenido registro de 151 mil 836 homicidios dolosos y aún falta para que concluya el sexenio.

Datos no relatos

El periodista Jorge Ramos se ha presentado en la mañanera en diversas ocasiones para confrontar a AMLO por el fracaso en su estrategia:

“Su estrategia de seguridad no ha funcionado, la militarización no ha funcionado. Por eso muchos se oponen a ella. Si usted no corrige, las cosas se van a poner mucho peor. Si siguen matando 84 mexicanos por día, al final cuando entregue el poder, serán 190.000 muertos”.

Jorge Ramos

La DEA

Pero el fracaso tiene una posible explicación: los presuntos vínculos y compromisos del gobierno de López Obrador con el crimen organizado.

La DEA, el Pentágono y otras instancias y agencias de seguridad de Estados Unidos no sólo han detectado el fracaso de la estrategia, sino que han revelado la posible vinculación del gobierno con el cartel de la droga que domina el tráfico de fentanilo hacia los Estados Unidos.

Ya el secretario de Estado de Biden, Antony Blinken, señaló que en México existen lugares dominados por las organizaciones del narcotráfico.

Baste recordar que AMLO se reunió públicamente con el abogado y la mamá del Chapo, perdón, del señor Joaquín Guzmán; que detuvo un operativo para la detención de Ovidio Guzmán y que sirvió de “abogado” para que la esposa del Chapo pudiera viajar a Estados Unidos a visitarlo en la cárcel.

Desplantes inadmisibles

El presidente se ha negado rotundamente a trabajar de manera conjunta con Estados Unidos, ha realizado expresiones en contra de las autoridades de dicho país que incluso han puesto en crisis la relación diplomática, y autoridades estadounidenses ya investigan a fondo a funcionarios mexicanos.

La negativa de AMLO para colaborar en el combate al crimen organizado se explica a partir de las filtraciones del hackeó a la SEDENA por parte del colectivo guacamaya que muestran los nexos de las autoridades con el crimen organizado y la existencia de una red de corrupción que incluye a militares en las Aduanas, además del enfrentamiento de los cárteles por el control de la Ciudad de México, la vigilancia del Ejército al EZLN, la venta de armas a criminales orquestada desde Campo Militar 1 y hasta el rezago en la declaración patrimonial del titular de Sedena.

¿Y los gobernadores?

A toda esa evidencia se suman los presuntos vínculos con el crimen organizado de gobernadores que provienen de Morena y sus aliados, como Cuauhtémoc Blanco en Morelos, Alfonso Durazo en Sonora, David Monreal en Zacatecas, Américo Villarreal en Tamaulipas, Baja California Sur, Miguel Ángel Navarro Quintero, de Nayarit y algunos otros en la costa del pacífico.

La situación de inseguridad es tan crítica que pone en vilo la soberanía. Sin una estrategia efectiva los mexicanos hemos quedado en manos de los criminales, al grado de cancelarse el libre tránsito, el pago por “derecho de piso” se ha incrementado y los caminos están siendo controlados por el crimen organizado con toda impunidad, mientras la autoridad brilla por su ausencia.

Estamos peor que nunca en un país donde le pagas más al crimen en sus distintas manifestaciones que al mismo gobierno.

Twitter: @diaz_manuel